Arte Humano
Detrás de cada cuadro hay una mirada, un detalle, un relato interesante, una leyenda curiosa que nos acerca al arte, al artista y a la historia. De la mano de María Blanco.
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Extracción de la piedra de la locura. Jerónimo el Bosco.
El mensaje subliminal del cuadro habla al hombre moderno y le previene de supuestos sabios capaces de sanarle, y que solo son locos ladrones. ver
Las rosas de Heliogábalo. Lawrence Alma-Tadema.
Los excesos de Heliogábalo son representados en esta obra en la que varios comensales mueren asfixiados por los pétalos de rosas y violetas. ver
El hombre en llamas. Clemente Orozco.
Clemente Orozco aprovecha la arquitectura de la bóveda para representar al hombre prometéico que asciende envuelto en el fuego divino. ver
La dama del miriñaque (1909). Wassily Kandinsky.
Observando las elegantes damas con esos tonos vivos anaranjados, el alma se deja impactar por los colores y las figuras medio desdibujadas. ver
Junio ardiente (1898). Frederic Leighton
El barón Frederic Leighton muestra a la bella joven June, adormecida como una ninfa sobre uno de sus brazos, pero ardiente sin lugar a dudas. ver
Mata Mua. Paul Gauguin.
Mata Mua es el lugar al que querría haber llegado Gauguin. Es el paraíso que sólo habita en nuestras mentes. ver
Les Coquelicots. Claude-Oscar Monet.
La alegría y colorido de los paisajes de Monet escondía una vida difícil marcada por las turbulencias de XIX francés y su complicada vida afectiva. ver
Salomé con la cabeza de Juan el Bautista. Caravaggio.
La clave del cuadro es que era el propio Caravaggio el representado por Juan el Bautista decapitado. ver
La cabeza de Medusa. Rubens y Snyders
Atenea, que no en vano era la diosa de la sabiduría, colocó la cabeza de Medusa en el escudo de Zeus. ver
La Gran Ola de Kanagawa.
La Gran Ola, cuyo título original viene a ser “en lo más hondo de la gran ola de Kanagawa”. De Katsushika Hokusai ver
El cocinero. De Giuseppe Arcimboldo.
La novia del viento. Oskar Kokoschka
Lo más llamativo del cuadro, perfecta muestra del estilo de Oskar Kokoschka, es la dulzura y placidez de Alma, que descansa en los brazos del amante, mientras éste, retratado a base de pinceladas mucho más torturados, permanece despierto. ver
Hércules y Anteo.
Laocoonte.
El Baile de la Vida, Edvard Munch.
Et in Arcadia ego. Poussin.
Para ver este cuadro de Poussin, hay que irse al Museo del Louvre, en concreto al ala Richelieu. ver
Mañana soleada. Edward Hopper.
La clave de Hopper es la luz, esa luz de la transición entre la noche y el día, el momento de la reflexión, esa luz mágica. ver
Mujer con pájaro. Fernando Botero.
Orfeo y Eurídice. Peter Paul Rubens.
Al morir, Orfeo desciende al inframundo y se reúne, por fin, con Eurídice, su amada, ya para siempre. ver
Figura sentada. Francis Bacon.
El hombre aparece sentado en el aire, como si estuviera en una butaca, no hay dibujo sino brocha… ver
Triste herencia. Joaquín Sorolla.
Sísifo de Tiziano.
La Tormenta de Nieve. Aníbal y su ejército cruzando los Alpes.
“Aún aprendo” (1826). Francisco de Goya.
El juicio de París. Peter Paul Rubens.
El mito que representa el cuadro de Rubens pone ante nuestros ojos un puñado de naturaleza humana. ver
Palas Atenea. Gustav Klimt.
Esa mujer que te mira con ojos azul de hielo es La Mujer. La diosa de las mujeres por antonomasia. ver
La novia.
Godgifu: el regalo de Dios que pasea desnuda.
Este cuadro representa dos de los síndromes psiquiátricos de parafilia más populares: el voyeurismo y el exhibicionismo ver