The Sunday Tale
Caliente como el café recién hecho y dulce como la mermelada. Cada domingo Berta Rivera te ofrece un delicioso relato hilvanando con ingenio los productos más Loff de la semana. Un original repaso para leer en la cama mientras desayunas.
▼ Lo último en The Sunday Tale
Realidad virtual.
Sabela era una niña alegre y divertida que un buen día, jugando al escondite, se ocultó en un rincón de sí misma donde nadie lograba encontrarla. ver
No era una mentira. Era un cuento.
La nota de la maestra no dejaba lugar a la duda y sí a un carro de perplejidad ante el desparpajo con el que la pequeña, con sus 5 años recién cumplidos, dijo: no era una mentira, era un cuento. ver
¡Fuego!
Los amores, como todo lo humano, son finitos, solo los más bellos llegan hasta el momento en el que ni la muerte los separa. ver
Bataclan.
El cálido manto de la fiesta pintada con maquillaje caro y música en directo ocultaba la sangre derramada, el dolor pasado, las ausencias presentes… Estaban en Bataclan. ver
Angustia.
La vida, ese monstruo hecho de belleza y brutalidad; también en las imponentes costas de Cádiz, ante la barbarie y la indignidad de tantos… ver
La patata aventurera.
Esta es la historia de una patata que iba por libre y un agricultor que veía impotente como el mundo se volvía loco por una patata aventurera. ver
Chiripa.
De cómo el abuelo explicó a sus nietos que la vida no era cuestión de suerte, chiripa, azar ni buena fortuna sino de serendipia. ver
Fluir o morir.
Fluir o morir, así era la vida en la madre tierra o así al menos la sentía aquella larga tarde de paseo. ver
Feliz Navidad y…
Leo.
A Leo le gustaban los cuentos y los devoraba con las mismas ganas que las meriendas invernales de chocolate con churros. ver
Libres.
Nunca un sueño le había resultado tan reconfortante a pesar de la inquietud que había despertado en él… así es como deben soñar los hombres libres, pensó, cuando temen dejar de serlo. ver
Terror II.
El terror era el miedo elevado a infinito, era el triunfo de la sinrazón sobre la cordura, la conversión del ser en pecado capital, era la muerte en vida. ver
Truenos.
Los truenos son solo ruido de fondo, un eco lejano de la tormenta que está por caer… o por disolverse en una tarde cualquiera de verano; los sustos llegan por otro lado… ver
Beso.
El beso es de amor y de amistad; en la mejilla, en la frente y en los morros; suave como una caricia, profundos… Hasta que te lo roban. ver
Calorina.
44 grados a la sombra, dijo la mujer del tiempo sin despeinarse, sin que se le moviera una ceja, sin caerse de sus tacones y dejando helado de calorina a quienes la estaban escuchando… ver
Iceberg.
Tormenta.
Mientras sonaban los truenos, brillaban los rayos y caían piedras heladas del cielo pensó: la primavera es lo que tiene… la sangre altera, sí, y la climatología también. ver
Derecho.
¡No hay derecho! la indignación lo animaba a gritar… y vaya si iba a gritar: en silencio, el domingo, frente a una urna y blandiendo el arma más poderosa: el voto. ver
Bang.
Bang. Un sonido seco, breve y fatal. Pero lo peor estaba por llegar, la traición, que llegaba silente y discretamente para echar sal en su herida y hacer eterno su dolor. ver
Carlos III.
El érase una vez de este cuento se escribió el 14 de noviembre de 1948, día en el que Isabel II paría a su primogénito, el hoy rey Carlos III del Reino Unido y soberano de los Reinos de la Mancomunidad de Naciones… ver
Gafas y relatos.
Gafas como relatos y realidades virtuales como verdades… así de extraño se estaba volviendo el mundo incluso a sus ojos (y a sus gafas). ver
Alegría.
Juzgar.
No juzgues. No sientes cátedra. Opina pero respeta. No juzgues. No sientes cátedra. No lo sabes todo, cabe incluso que no sepas nada… ver
Emesis.
Érase una vez una noche de emesis, que es la palabra ‘bonita’ para regurgitar o vomitar, y renacimiento, volver a sentirse bien. ver
Nada.
‘No tendrás nada y serás feliz’ rezaban los pasquines del gobierno… pero sólo la primera frase de aquella sentencia se cumplía. ver
Cuaderno.
Esta es la historia de un viejo cuaderno que guardaba en sus hojas amarillas el recuerdo de amor perdido en los agujeros negros de la memoria. ver
Niñas.
Este es un cuento de niñas, en particular de una niña que se tomaba la vida y el mundo muy en serio aunque solo tenía 8 años. ver
Dante.
Esta es la historia de un niño extraño, pequeño y redondo al que sus padres habían llamado Dante convirtiendo así su vida en un infierno… ver
Gris.
Esta es la historia de un mundo gris… o de un hombre que veía el mundo en escala de grises… no sé. ver
Precipitarse.
Había llegado el momento de precipitarse, el instante en el que debía dejar de fluir y sentar cátedra de pensamiento propio, solidificarse. Qué breve y terrible instante en el discurrir de una vida entera… ver
D.
El día que descubres que la vitamina D ha caído es el día en el que tu cuerpo te dice que se hace mayor… pero a pesar de todo recuerdas que no cualquier tiempo pasado fue mejor. ver
Alma en pena.
Esta es la historia de un alma en pena perdida en la tierra que descubre lo absurdo de las batallas de los hombres nuevos… ver
Cuentos.
Opuestos.
Detestaba las gafas de ver el mundo de color de rosa pero más aún las de verlo en blanco y negro ¿a santo de qué renunciaba el mundo al arcoiris? ver
Familia.
Aquel fin de semana de ansiado fin de fiestas navideñas sabía a roscón y a una felicidad nueva, sabía a familia. ver
12 cuentos para empezar el año.
¿Qué mejor modo de pasar la primera tarde del año que leyendo cuentos? (Pocos y breves, sí, pero ya sabes, lo bueno si breve…). ver
¡Vive!
Vive mientras puedas y cuanto puedas, vive por ti y por los que ya no viven. Haz de la nostalgia un bello recuerdo más que un trago amargo. Y vive. ver
Gol.
Un gol es un gol. Aunque sea en propia puerta. Porque el aciago momento en el que el goleador se da cuenta de que ha marcado en propia puerta llega siempre demasiado tarde. ver
Cultura.
La cultura echó a andar de vuelta a la librería y no se dio cuenta de que por el camino se le iban cayendo voces, versos y aforismos… ver
Tempestades.
El mundo se iba haciendo más oscuro, más duro, más feo… era tiempo de tempestades. Era invierno. Era infierno. ver
Voces.
No estaba loca, pero oía voces… Voces a las que ya no podía prestar su voz porque la había perdido una noche fría de noviembre… ver
Bruja.
Sacó su caja de bruja, la que guardaba sus secretos y sus milagros, sus gotas de magia y su corazón; acarició los papeles que también guardaba en ella… ver
Espejo.
Impostura.
La impostura lo impregna todo y se nota incluso a la hora de comprar el pan… y es que a los barrios se los conoce por el modo en que compran el pan. ver
Mamón.
Hizo falta un embarazo, un parto y un hijo para descubriera el encanto que podía llegar a atesorar un mamón… ver
Malintzin, Malinalli, Malinche. Marina.
Era menos que un ser humano en un mundo sin derechos unviersales, era una esclava.pero el amor, su lealtad y su inteligencia, no necesariamente por ese orden, cambiaron su destino. Dejó de ser Malinalli y fue Marina (sin dejar de ser Malinche). ver
Amazona.
Era su señorita de Avignon. Lo mismo podría llamarla cubo de Rubik por lo complejo que se le antojaba resolverla pero le gustaba Picasso… y le gustaba su amazona. ver
Muda.
Torcidos.
Los renglones torcidos del mundo parecían cada día más y más largos, más retorcidos, más oscuros, más incomprensibles, más temibles… más indeseables. ver