Y de repente la vuelta.

Un continuar lleno de espacios para cada uno, en el que todos disfrutaremos, incluso más ellos que nosotros.

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Cuando uno no es padre o madre no entiende según qué cosas, de hecho existen frases que sacadas de contexto incluso pueden llegar a resultar algo crueles. Esta última semana me he encontrado con dos, que casi son de manual.

La primera se produjo en una conversación telefónica con una amiga. Hablábamos de organizar algo todas juntas, y en esas de fijar un día y un plan, salió la primera : «podríamos hacer algo en casa pero sin niños, para darnos un respiro», a lo que siguió un: «y no creas, que diciendo esto me siento un poco bruja», ¿la mala de la película? pensé yo, pero ¿por qué?, si no estaba diciendo nada descabellado, que la mayoría somos de esas y de esos que dedican su tiempo a sus hijos, que están, que proponen, que disfrutan del proceso, así que ese respiro, por otro lado algo tan necesario, no debería convertirse en un comentario culpable.

Pero no contentos con esto, vino la segunda. Andábamos mi madre, Teresa y yo de parada obligatoria en cafetería, después de un periplo agotador en busca de ropa de temporada. Algo fresquito y un mixto para hacer acopio de fuerzas y seguir, cuando apareció Alicia, una amiga a la que no veía hacía mucho. Y después de un «que guapa estás, qué bien te veo», vino la segunda: «¿qué tal tu peque, ya va a la guardería? Porque yo estoy deseando que llegue la semana que viene, para que empiece el cole, descansar, y poder volver a las rutinas». Y aquí volvía el fantasma de la culpabilidad, esta vez vestido de un gesto que no sabría decir si expresaba más cansancio o culpa.

Y todo esto me ha hecho pensar mucho en esas cosas que por defecto nos generan malas sensaciones, cuando en realidad no son más que evidencias, situaciones normales, sensaciones sinceras que no deberían quitarnos el sueño. Porque ellos, nuestros peques están llenos de energía, y seguir su ritmo es a veces cosa de clase de spinning, quiero decir, algo absolutamente agotador.

Así que esta vuelta no es más que un continuar lleno de espacios para cada uno, en el que seguro que todos disfrutaremos, incluso más ellos que nosotros.

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La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

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