De frío, mercurio y troles.

Uno cruza los dedos, la abriga bien y cuida su alimentación, pero igual que el amor, los virus están en el aire.

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Creo que no es la primera vez que os digo eso de “hay cosas que tienen que llegar”. Pues eso, que ya ha llegado, otra de esas cosas ha llegado. Porque lo que sigue a comenzar la guardería, son los resfriados. Uno cruza los dedos, la abriga bien y cuida que a su alimentación no le falten la vitamina C y unos buenos nutrientes. Pero igual que el amor, los virus están en el aire. Esto es así.

La guardería la empezó el día 5, y el 14 con algo más de frío en el ambiente, ya estaba con sus primeros síntomas. Visita de rigor a la pediatra con listado de pormenores y dudas, y a esperar. Sí porque esto es una dinámica a estas edades, que ya lo decía Santa Teresa “la paciencia todo lo alcanza”. Y aunque aún no sé muy bien qué vamos a alcanzar, la paciencia va llegando a unos niveles de esos de récord.

Y como al principio la fiebre estaba en plan tímido, pues la seguimos llevando a la guardería. Ese lugar en el que cada día la vemos disfrutar más y donde te puedes encontrar con conversaciones como ésta: -¿Qué tal se ha portado hoy? –Muy bien. Un poco cansado, pero bien. -¿Le habéis dado el apiretal? –Sí, a las 14:00. –Es que pobre, lleva días muy malito y la verdad es que tiene tanta congestión que parece un troll.

¿Un troll? Es oír esa palabra y acordarme de David el Gnomo, es inevitable. Y claro, entre el recuerdo entrañable de una infancia de dibujos animados con troles moqueantes, y el pensamiento “si tan malo está por qué no se ha quedado en casa, que así está luego mi pobre Teresa”, pues se te queda una mirada de esas contenidas.

Es verdad que una cosa lleva a la otra, así que finalmente el mercurio tomó confianza y hace un par de días marcó los 38,5. Así que apiretal, lavados nasales y dosis extra de paciencia, para ella y para nosotros, fue la receta final.

Y cuando digo paciencia me refiero a que hay cosas que el tiempo pone en su sitio sin poder hacer más que esperar a que pasen. Porque sí, hay cosas que tienen que llegar, y otras que definitivamente tienen que pasar.

* En la imagen un clásico de cualquier infacia. TEO hace frío.

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La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

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