21 de enero de 2012.
Todo comenzó con una bienvenida y con ese pensamiento de que una nueva vida siempre cambia otra vida.
Es una fecha sí, pero para nosotros, para The Mamas & The Papas, es además un comienzo. Un día en el que el mundo de Teresa empezaba a ser narrado. Y hoy, cincuenta y un reviews después, además del cálculo, lo propio es hacer balance.
Todo comenzó con una bienvenida y con ese pensamiento de que una nueva vida siempre cambia otra vida. Los relatos se han sucedido cada sábado de miradas a sonrisas, de una habitación que pretendía ser, a una que es, que se ha convertido en el lugar en el que disfrutamos del tiempo y de los juegos.
Hemos compartido viajes, fiestas, hallazgos y la importancia de tener a nuestro lado a personas con las que crecer y descubrir.
Pasamos el invierno, un bautizo, la llegada del verano y el momento de la guardería. Y con esta última llegó el revuelo emocional, el que tocaba el lado más trascendental, ese que habla de los lazos y de la necesidad de independencia, incluso a edades tan tempranas.
Pero volvió a llegar el frío, y con él las flores secas, las castañas y las calabazas. Las fiestas infantiles, las reflexiones sobre la paternidad, y la necesidad de reconocer la entrega y la admiración que siento hacia las madres, hacia mi madre. Y todo esto poco antes de que la protagonista de estos Oops llegara a cumplir el año.
Y como un primer año de vida da para mucho, también vivimos juntos sus gateos, sus primeros pasos y sus segundos reyes. Hablamos de las etapas del sueño y de la importancia del afecto. Y así llegamos a este último fin de semana de enero, un año después.
Ahora ya con la vista puesta en otros objetivos, en otros logros, y en el tiempo que nos espera. Pero sobre todo con la idea clara de buscar siempre la felicidad de Teresa. Aquí y allá a donde nos encaminemos.