Nacida el 4 de julio.

La presión fiscal de la corona fue el elemento clave que forjó la unidad entre aquellas 13 colonias.

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Sostenemos por evidentes, por sí mismas, estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

En Congreso, 4 de julio de 1776.

Después de un año largo de conflicto bélico, el 4 de julio de 1776 los cincuenta y seis representantes que formaban el Congreso de las Trece Colonias aprobaron la Declaración de Independencia del Reino de Gran Bretaña, texto redactado por Thomas Jefferson y James Madison en Filadelfia, la capital histórica de Pensilvania. Allí había empezado el sueño de los cuáqueros huidos del integrismo religioso de Inglaterra en el siglo XVII. Cien años más tarde fue la ciudad escogida para firmar la Declaración de Independencia de las colonias americanas y el lugar donde se acordó la primera constitución democrática del mundo moderno.

En realidad, hasta bien entrada la década de 1760, los ciudadanos de los enclaves británicos se consideraron leales súbditos del rey Jorge III. Hacía mucho que las Navigation Acts constituían el marco legal que regulaba los intercambios comerciales y la recaudación en las colonias, normas que si bien no permitían el comercio con otras naciones ni con otros enclaves coloniales británicos, en la vida diaria eran muy poco respetadas por la imposibilidad de controlar la entrada y salida de mercancías en aquel extenso territorio. Con la firma del Tratado de París de 1763, Gran Bretaña finalizó victoriosa una guerra de siete años en los que se disputó contra Francia el control de sus posesiones de ultramar. Pese al triunfo, aquel esfuerzo bélico obligó a Londres a trazar una política que asegurase nuevas fuentes de ingresos. Poco antes, el Parlamento de Westminster había aprobado la primera medida impositiva que afectaba únicamente a los súbditos norteamericanos, pese a que éstos no se encontraban representados en Londres. Para ellos, aquella medida suponía una flagrante vulneración del principio de legalidad anglosajón del no taxes without representation, pero a los ojos de la Corona, eran ellos los que debían asumir la carga pues habían sido los principales beneficiarios de una guerra iniciada para su defensa y ganada con el gran sacrificio de la metrópoli. Las repetidas imposiciones se convirtieron en un obstáculo para la prosperidad colonial y poco a poco la animadversión y el desarraigo fueron constituyéndose en los elementos clave para forjar un espíritu de unidad que antes no existía.

Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las compele a alterar su antiguo sistema. La historia del presente rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, cuyo objeto principal es y ha sido el establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos estados.

La Declaración de Independencia está influido por el espíritu de la Ilustración y el Republicanismo, incluyendo los conceptos sobre el derecho de libre determinación y de Ley Natural extraídos de los ensayos de Locke. Pero no todos estaban invitados a soñar. Para los aborígenes norteamericanos, el 4 de Julio puede ser un agrio recuerdo de un nuevo colonialismo que trajo la enfermedad, la aculturación y el genocidio de su raza. Tampoco los derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad prometidos por los padres de la nueva República incluía a los africanos, como denunció Frederick Douglass en su speech del 5 de julio de 1852 en Nueva York que ha pasado a la historia como The Meaning of July Fourth for the Negro. Incluso algunos historiadores señalan que la gran Guerra Revolucionaria en realidad fue un intento conservador de los colonos para proteger su sistema esclavista. De hecho, durante los varios días que duró el debate previo a la aprobación, el Congreso hizo algunas modificaciones en la redacción y suprimió casi una cuarta parte del texto remitido, en concreto todo un pasaje crítico con el comercio de esclavos.

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