10 cuentos que resumen las noticias… o no.
Érase una vez un mundo por el que pululaban los rumores y las noticias falsas, algún que otro revuelo y negociaciones varias entre otras muchas cosas...
De los rumores y las ‘fake news’ (entiéndase, noticias falsas) pasamos al revuelo continuo y las negociaciones de unas y otras cosas aquí y allí, todo ello con el respeto justo y la resistencia necesaria o más si sabe, lo que nos lleva a la desobediencia; del orgullo pasamos al prejuicio y a la inversa pasando por Voltaire y con el permiso de los moderados.
¿Tiene algún sentido para ti el párrafo anterior? lo tendrá todo si repasas estos 10 cuentos que relatan a su manera (que igual es más de ensayo que de cuento, puestos a ponernos puristas en lo literario) las sensaciones que nos han ido dejando las intensas noticias que han perlado el primer semestre de 2019.
Y colorín colorado… aquí tienes 10 cuentos que resumen las noticias del primer semestre del año… o no.
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Revuelo.
Érase una vez la historia de las verdades que un día fueron y el revuelo de las verdades nuevas, las postverdades y otras mentiras. Berta Rivera Estaba un poco despistada aquella mañana y por eso había decidido calzarse sus zapatillas y responder a la llamada del sol que se colaba por las ventanas de su apartamento regalándose un paseo de domingo pero el aire fresco no había despejado su cabeza como pensaba que haría, había incluso incrementado el revuelo de ideas y conceptos con el que se había levantado y al que no lograba poner calma ni orden; decidió entonces caminar de vuelta a casa rindiéndose a la evidencia de que o bien se le estaba escapando algo o Raymond Reddington tenía razón y la verdad ya no importaba (ni tan siquiera importaba ya la postverdad -el modo 'moderno' de llamar a la mentira y la manipulación-), sólo importaba lo que el gobierno (y los poderes en general) eran capaces de vender como verdad. . ... más información → - 410
Fake.
Érase una vez una inquietante historia de elecciones, votos, fake news y otras mentiras. Berta Rivera A punto estuvo de convertir su café mañanero en carajillo cuando se vio frente a una pantalla en blanco tratando de organizar sus ideas para escribir acerca de las fake news en campaña electoral. . ... más información → - 510
Respeto.
Érase una vez la historia de un verbo digno de conjugar al que Aretha Franklin puso buen ritmo, respetar. Yo respeto, tu respetas, él/ella respeta... Berta Rivera Llegó al colegio electoral con más sueño que vergüenza y esperando que el titular de la mesa estuviera allí dispuesto a cumplir con su democrática obligación que no era otra que presidir una mesa electoral porque, de no ser así, sería ella como suplente quien tendría que asumir tamaña tarea y pasarse el domingo viendo votar y contando votos, algo que, como demócrata que era, asumiría con dignidad pero, no nos engañemos, con las ganas justas de pasarse un domingo de primavera y sol entre urnas, votos y apoderados varios; claro que esas eran las reglas de la democracia y les rendiría el debido respeto. -¡Premio!- pensó cuando el presidente de la mesa a la que ella había sido convocada como suplente hizo acto de presencia y se dio a conocer y el premio lo tenía decidido desde el mismo día en el que recibió la carta que la citaba aquel domingo a aquella hora y en aquel colegio electoral, el suyo: un desayuno de terraza y periódico en papel con su café doble y un croissant francés, que no estaba el día para más churros. Pensó que había tenido suerte aunque se revolvió también ante aquel modo de ver la cuestión ¿suerte? ¿la suerte de madrugar en domingo? todo en la vida dependía del cristal con el que se mirara; allí estaba, en la terraza del bar (una terraza que tenía entera para ella sola, algo que no era extraño por bonito que hubiera amanecido el día, era temprano y era domingo, lo raro era que estuviera abierta... más información → - 610
Resistencia.
Érase una vez una discusión de mesa de bar entre Resistentes y Resilentes, entre fans de la Resistencia y abanderados de la Resilencia. Berta Rivera -La resistencia está sobrevalorada-. Al oír esa frase pronunciada en voz tan elevada que logró hacerse oír sobre el murmullo continuo de la terraza del café, levantó la vista del periódico y la dirigió hacia la mesa de al lado, disimuladamente, como mirando sin ver ni prestar atención; la había pronunciado una mujer elegantemente vestida que, a pesar de lo cuidado de su aspecto, no podía ocultar (probablemente tampoco quería) que los 50 los había cumplido hacía ya tiempo. La conversación se animó alrededor de aquella mujer elegante y pronto se convirtió en una suerte de debate entre quienes consideraban la Resistencia como un gran valor y quienes, sin considerarla un valor negativo, sí pensaban que estaba sobrevalorada; volvió a esconderse tras el periódico del domingo y sus suplementos pero le llegaban igualmente retazos del debate de la mesa contigua, algo que agradecía porque le parecía más interesante lo que oía que lo que estaba leyendo... más información → - 910
Moderados.
Érase una vez la historia de una cena de debate, una cena pre-electoral de amigos muy moderados todos... Berta Rivera Tener amigos adictos a los re-encuentros era algo que, si bien en ocasiones resultaba inconveniente e incluso poco apetecible, a la larga se convertía en una ventaja porque reunirse de tarde en tarde, un par de veces al año al menos, daba para algunas risas a costa de la poca cabeza que lucían en su juventud o de las locuras que todavía eran capaces de acometer, pero ni entonces ni ahora solía ella adentrarse por los caminos de las discusiones políticas porque su grupo de viejos amigos era tan diverso y variopinto que resultaba difícil nadar en esas aguas sin salir de ellas con alguna herida de guerra; sabía que aquella noche habría turbulencias porque, con tantas elecciones a la vista el tema no tardaría en saltar sobre la mesa, ella permanecería en segundo plano, escucharía, observaría. . ... más información → - 1010
Voltaire.
Érase una vez la historia del hombre que definió la estupidez como enfermedad, la fuerza de la mentira cuando se repite y la esencia de los 'ofendiditos'. Voltaire. Berta Rivera Se levantó aquel domingo de buen ánimo, ya fuera por la calidez del sol y su luz, porque se había mantenido alejada de las noticias durante toda la semana o simplemente porque ya le tocaba, lo cierto es que se despertó pronto, con la sonrisa puesta y con ganas de salir a la calle a pasearse. Así lo hizo. Se cruzó con un grupo de jóvenes que, ataviados con banderas y carteles, caminaban rápidos, con rostros agrios y a voz en grito, parecían enfadados con el mundo; se detuvo a observarlos preguntándose qué podía provocar aquellos gestos tan profundamente airados en una sociedad que había hecho del bienestar ley... más información →