Una voce poco fa, El barbero de Sevilla. Gioachino Rossini.
Se dice que Rossini escribió El barbero de Sevilla en trece días.
Gioacchino Rossini nació en 1792 en Pesaro en una familia de músicos modesta pero que le proporcionó una formación musical extraordinaria. Comenzó su carrera profesional como compositor de óperas a los 18 años, y desde entonces hasta los 37 años compuso nada más y nada menos que treinta óperas bufas que lo convirtieron en el compositor más famoso de Italia. Con una asombrosa capacidad de producción –casi una ópera y media por año- sus obras eran muy esperadas por los empresarios teatrales de Milán, Nápoles, Venecia, Roma, Viena y París. Autor de obras como La italiana en Argel, El turco en Italia, La Cenicienta, El barbero de Sevilla o Guillermo Tell, Rossini dejó de componer óperas tras el estreno de esta última en el año 1829, joven, muy joven, cuando aún le quedaban cuarenta años de vida.
El barbero de Sevilla es una ópera bufa en dos actos con música de Gioachino Rossini y libreto en italiano de Cesare Sterbini, basada en la comedia del mismo nombre del francés Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais. Se estrenó bajo el título de Almaviva, o la precaución inútil, el 20 de febrero de 1816, en el Teatro Argentina de Roma. Rossini es el máximo exponente del belcantismo, un género musical que concede más importancia a la belleza melódica que al drama o a la profundidad emocional de los personajes. Grandes solistas interpretaban sus arias repletas de coloraturas, tempos rápidos, notas agudas e inesperados crescendos, pero sin permitir a las cantantes florituras improvisadas que no se encontraran en la partitura.
Dicen que una de ellas que intentó recoger elogios de Rossini interpretó Una voce poco fa de forma tan ornamentada que al final el propio compositor la felicitó interrogándola sobre quien era el autor de la partitura. Precisamente Una voce poco fa, conocida como el aria de Rosina, que se niega a casarse con el anciano doctor Bártolo y le escribe al estudiante Lindoro, en realidad Almaviva…un lío. Os dejamos con la voz segura de sí misma y decidida de Isabel Leonard que canta
Yo soy dócil y respetuosa, soy obediente, dulce, amorosa, me dejo gobernar, me dejo guiar. Pero si me tocan en mi punto flaco seré una víbora, lo seré, y de cien trampas me serviré antes de ceder.