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La Introducción y Rondó capriccioso escrito por Saint-Saens para Sarasate.

El violinista navarro Pablo Sarasate inspiró gran parte de la mejor de la literatura concertante violinística de la segunda mitad del siglo XIX, entre otra, esta Introducción y Rondó capriccioso Op. 28 de Camille Saint-Saens.

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En el Romanticismo, el violín desarrolló una forma de concebir el sonido capaz de resistir y disputar la hegemonía del otro instrumento rey de la época, el piano. La diversidad en la articulación, la flexibilidad de afinación, el vibratoo el portamentono sólo han sido algunos de los recursos que han hecho del violín el único instrumento que puede rivalizar en expresividad y belleza con la voz humana. Además, han dado a los virtuosos del instrumento una interminable provisión de técnicas con los que desarrollaron unos estilos enormemente singulares. Uno de esos virtuosos fue el navarro Pablo Sarasate, el mejor violinista de su tiempo.

Sarasate no solo creó exitosas obras propias según los gustos del momento, sino que inspiró un importante catálogo de obras, sobre todo en Francia, donde se convirtió en el referente de toda una generación de compositores que defendía el ars gallica, el renacer los valores de la música francesa, cercada en aquellos tiempos por el empuje de la música instrumental alemana y de la ópera italiana.

Las composiciones inspiradas por el compositor español forman parte de la mejor de la literatura concertante violinística de la segunda mitad del siglo XIX. Entre otras muchas hay que citar el Segundo Conciertoy la Fantasía Escocesade Bruch; la Mazurekde Dvorak; el Concierto para violín, la Sinfonía Españolay la Fantaisie norvégiennede Édouard Lalo; y dos obras del compositor, organista y pianista –que no violinista- Camille Saint-Saens, nuestro protagonista de hoy, el Tercer Concierto y la Introduction et rondo capriccioso. Tradicional, academicista y polifacético, Saint-Saens escribió música para prácticamente todos los géneros musicales. Sus capacidad excepcional como organista y compositor pronto le hizo ganar admiradores tan influyentes como Bizet, Gounod, Rossini, Lizst y Wagner.

Sarasate y Saint-Saens se conocieron cuando el primero tenía solo quince años y el segundo veinticuatro. La Introduction et rondo capriccioso op. 28 fue escrita en 1863 y se estrenó en París el 4 de abril de 1867 con el acompañamiento para la que fue escrita: dos instrumentos de viento de madera, dos trompetas, dos cuernos franceses, timbales y cuerdas. Después Bizet la arregló para el violín y el piano. Desde entonces, la pieza forma parte del repertorio estándar para el violín de todos aquellos que tengan la habilidad suficiente para poder superar la dificultad técnica que suponen sus dos secciones –la Introducción y el Rondó, claro- con pasajes que trascurren vertiginosas utilizando todas las técnicas -todas menos el pizzicato- del buen virtuoso.

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