Nicolás Copérnico: la ciencia y la gestión.

En sus ratos libres Nicolás leía y estudiaba astronomía. Observaba los astros y aprendía de los maestros que le precedieron...

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Dice la leyenda que Averroes solamente dejó de estudiar el día de su boda y el de la muerte de su padre. El gran filósofo cordobés del siglo XII se empeñó tanto en estudiar las ideas de los paganos que fue confinado en Lucena hasta que la autoridad competente cambió de parecer. Uno de esos autores paganos sobre quien escribió Averroes era Ptolomeo. Su sistema geocéntrico compuesto por una serie de esferas eccéntricas a los astros entusiasmó al filósofo cordobés. Poco podía imaginar que ambos servirían de contra inspiración de un científico polaco.

Si Averroes tradujo al árabe a Ptolomeo, los comentarios de Averroes a Ptolomeo fueron traducidos al latín y enseñados en las universidades italianas. De manera que cuando Nicolás Copérnico llegó Italia, pudo estudiar a Ptolomeo y a su comentarista, Averroes. Y, a partir de ahí, proponer un modelo alternativo: el heliocéntrico.

Nicolás Copérnico (1473-1543) era el hijo pequeño de los cuatro hijos de comerciantes de origen polaco. Cuando sus padres murieron siendo él casi un niño, el tío de su madre decidió que estudiara y que hiciera carrera eclesiástica. Pero Nicolás, enamorado del estudio, nunca se esforzó en ello. Estudió hasta los treinta años en la universidades de Cracovia, Bolonia, Padua y Ferrara. Tardó siete años en sacar adelante su doctorado en derecho canónico. Pero mientras tanto, estudió leyes, filosofía, astronomía, medicina, astrología y matemáticas.

Al acabar sus estudios, de vuelta en Polonia, se convirtió en el médico, secretario y mano derecha de su tío, obispo de Warmia y con gran poder político. Nicolás se ganó el respeto de amigos y enemigos, y propuso una reforma monetaria. Durante muchos años fue gestor del obispo de Warmia y se convirtió en una gran figura diplomática y económica local.

En sus ratos libres Nicolás leía y estudiaba astronomía. Observaba los astros y aprendía de los maestros que le precedieron, incluido Ptolomeo y Averroes. Pero a pesar de los esfuerzos de toda una vida, su libro De Revolutionis Orbitum fue muy criticado por quienes consideraban que poner en duda las palabras bíblicas de Josué en las que ordena al Sol que se pare en los cielos era herético. De Revolutionibus se publicó el mismo año en que murió Nicolás Copérnico. Fue enterrado en la catedral de Fromborg. Pero no se corroboró que el cuerpo que yacía en el subsuelo era el suyo hasta el año 2006, cuando se hicieron las pruebas pertinentes.

Ahora sabemos que Josué no contradecía a la naturaleza cuando mandó al Sol pararse en el firmamento. La Tierra gira alrededor del Sol y no al revés, pero eso no implica que el Sol no se mueva.

Copérnico no se casó ni tuvo hijos. Un hermano y una hermana tomaron los hábitos. Pero Katerina sí se casó y tuvo cinco hijos. A su muerte Nicolás se hizo cargo de los niños y les dio una educación adecuada.

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