La mirada del lobo.
Antonio Pérez Henares recrea de forma magistral y con gran sensibilidad el momento en el que los caminos del lobo y el hombre se cruzaron para siempre.
“El lobo sabía más del hombre que el hombre del lobo. El lobo y el hombre se conocían desde hacía ocho inviernos”.
El territorio del lobo es uno de los lugares que siempre he deseado explorar, quizás el único que he añorado (añoro) conocer en primera persona. Viajar a la frontera de ese espacio ignoto donde se apiñan mi miedo y mi osadía, su instinto y su fidelidad; regresar al tiempo donde se engarzan las raíces de dos especies cazadoras: una injustamente estigmatizada, otra hipervalorada —la nuestra, la humana—, la auténtica depredadora de ese animal fascinante que cometió el terrible error de otorgarnos su confianza.
«El niño había visto al cachorro con la loba cuando él aún caminaba entre mujeres. El lobato había cortado la pista del muchacho cuando todavía no había catado su primera pieza».
Corrían los tiempos del Paleolítico cuando el hombre y el lobo transitaban por caminos convergentes. Un momento idílico en que ambas manadas dibujaron un espacio común de convivencia. Humanos y lobos éramos cazadores, nómadas en un espacio infinito donde la intuición, el instinto protector y la naturaleza salvaje se alzaban como la única defensa posible frente a las inclemencias del clima y la fortaleza de otras especies que pugnaban por colonizar los mismos territorios. Pero “era el lobo quien se acercaba al hombre y lo miraba”.
“Fue el primero en acercarse a nuestro fuego, el primer aliado cuando el combate contra las bestias no tenía un seguro vencedor”.
Los lazos entre el hombre y el lobo me han hipnotizado desde niña. Las leyendas, cuentos y narraciones diversas sobre la naturaleza maligna del lobo, lejos de provocarme el rechazo hacia una especie tan deslumbrante, han incrementado mi atracción. Más aún, han contribuido a desarrollar en mí una especie de solidaridad incondicional, casi a identificarme con su lucha por sobrevivir en el mundo que en su día compartimos; con su coraje, su lealtad, su valentía, sus fatigas. Porque el alma del lobo nos recuerda/nos acerca al sabor de lo salvaje, al origen de la intuición, al lugar donde nace el lenguaje, la primavera, la poesía y la inspiración. Porque es allí, a aquella lejana tierra en la que el niño y el lobezno edificaron los cimientos de la amistad, donde debemos regresar para recuperar los ciclos naturales, (re)comprender a través de la mirada lobuna las huellas anteriores al tiempo.
“Hace ahora diez milenios el hombre comenzó a cultivar lo que recolectaba salvaje y se convirtió en agricultor. Fue entonces cuando el antes admirado tótem, el lobo salvaje, se transformó en el más odiado enemigo”.
Entonces comenzó el expolio, la devastación de la tierra del lobo, de la identidad que durante tanto tiempo compartimos. Fue entonces cuando nos convertimos (los humanos) en el peor depredador de quien fue nuestro mejor amigo y destruimos aquel lugar donde luchábamos juntos. Fue entonces cuando comenzamos a olvidar el significado de conceptos tan básicos como la nobleza, la honradez, la fidelidad, la inteligencia, la compasión, la solidaridad, la reputación. Criterios que los lobos conservan, muy a nuestro pesar.
Antonio Pérez Henares recupera en La mirada del lobo el calor al cuerpo y al corazón que los lobos nos han regalado desde aquellos tiempos prehistóricos en los que fuimos amigos, compañeros frente a la adversidad y las dificultades. Nos recuerda la vieja deuda que tenemos con los lobos. Porque “en las noches frías del alma y del cuerpo, el hombre sigue necesitando el amparo y el calor del amigo que encontró en medio de la glaciación y del hielo”. No lo olviden.
Nublares fue la semilla de una saga prehistórica, a la que siguieron Hijo de la Garza y El último cazador. La mirada del lobo remata esta excepcional serie dedicada al hombre primitivo y su naturaleza instintiva. Ahora lo reedita B de Books, pero fue en 2010 cuando La esfera de los libros publicó esta apasionante novela que recrea de forma magistral y con gran sensibilidad el momento en el que los caminos del lobo y el hombre se cruzaron para siempre.
+
La mirada del lobo. Antonio Pérez Henares. ISBN: 9788490703687. Novela histórica.