Geli Raubal y la escandalosa pasión que pudo frenar a Hitler.
Múnich, 1931. En el número 16 de Prinzregentenplatz la joven de 23 años Geli Raubal aparece muerta de un disparo. El apartamento pertenecía a Hitler. Ella era su sobrina.
No se inquieten. No les he revelado el desenlace. Ni siquiera se trata de un spoiler. Antes de comenzar a leer la última novela de Fabiano Massimi ya se conoce el dramático final de Geli Raubal, “la única mujer —dicen— a la que amó el dictador”. La mañana del sábado 19 de septiembre del 31, la sobrina favorita de Adolf Hitler se pegó un tiro en el corazón con una pistola Walter que también pertenecía a su tío. No era un suceso que las autoridades estuvieran dispuestas a publicitar. Las investigaciones del supuesto suicidio se llevaron a cabo de manera acelerada y con discreción.
La historia se silenció; el rastro de Ángela María (Geli) Raubal se borró; los documentos al respecto apenas daban detalles. Tampoco se ha comentado el profundo dolor, la depresión en la que se sumió el genocida tan sólo dos años antes de hacerse con el poder absoluto. Así ha continuado durante casi noventa años, hasta que Fabiano Massimi descubrió la existencia de la joven y la tortuosa relación sentimental que mantuvieron tío y sobrina. Fue por casualidad.
El escritor italiano leía una novela ambientada en la Alemania previa a la II Guerra Mundial. En la misma se mencionaba el nombre de Geli Raubal y, casi de pasada, su oscuro suicidio. Le resultó tan extraordinario que pensó que se trataba de ficción. Pero no. La investigación personal sobre el suceso le llevó a descubrir datos, fotografías, documentos y fuentes inéditas. Incluso llegó a plantearse si aquel terrible desenlace no perturbó (aún más) la psicopática personalidad del entonces secretario del partido nacionalsocialista. Así, a partir de un hecho real y unas turbias pesquisas policiales, nació El ángel de Múnich (Alfaguara).
¿Es ficción? Sí. Un thriller histórico enmarcado en los años previos al advenimiento nazi, que conjuga de manera magistral fuentes contrastadas, escenarios y personajes reales y la turbulenta relación Raubal/Hitler con la extraordinaria capacidad creativa del escritor. La novela se inicia presentando a Siegfried Sauer y Helmut (Mutti) Forster, los investigadores que harán cargo del caso tanto en la novela como en la vida real. Hace calor en Múnich y todo apunta a un sábado anodino por el que pasar de puntillas. Hasta que ambos policías son requeridos para acudir inmediatamente a la vivienda donde ha sido hallada una “mujer joven muerta en circunstancias ¿sospechosas?”.
¿Pudo ser Geli el ángel que cambiase el curso de la historia? Por lo visto también. No es que lo afirme Massimi (que lo apunta), es que así lo consideraron varias personas tan cercanas al führer como su propia hija Henriette, amiguísima de su prima. Incluso Hermann Göring —fundador de la Gestapo y el segundo hombre más poderoso del Tercer Reich— declaró en Núremberg que “tras la muerte de Geli desapareció en Hitler todo rastro de humanidad”.
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