El hombre que no fui.
Javier Menéndez Flores y Melchor Miralles cuentan en 'El hombre que no fui' una versión novelada del crimen de los Urquijo.
El asesinato de los marqueses de Urquijo, relevantes miembros de la nobleza y las altas finanzas españolas, conmocionó al país. El caso acaparó las portadas de los diarios más importantes de la época, generó un sinfín de incógnitas. Sobre todo, mucho morbo. Y es que el crimen, además de cristales rotos y sangre aristócrata derramada en habitaciones separadas, estuvo salpicado de infidelidades, indolencias varias, negocios opacos, dinero a espuertas y mentiras de alta alcurnia.
Si a eso se le añade una investigación chambona —con el correspondiente chivo expiatorio suicidado en la cárcel—, la historia da para una telenovela de dudosa reputación, una película de serie “B” o una trepidante novela negra cargada de tópicos y estereotipos. Con estos ingredientes, la prensa del momento se frotaba las manos.
Corría el año 1980. Entre el 1 y el 2 de agosto, Manuel de la Sierra y María Lourdes Urquijo murieron a plomazo limpio en su lujosa residencia de Somosaguas (Madrid), lo más “it” de los tiempos de la transición. Él era caballero de Malta, ella marquesa por definición y abolengo. A ella le pegaron dos tiros: uno en la boca; el segundo le atravesó el cuello y le reventó el cerebro. El marqués ni siquiera se enteró: estaba dormido. La servidumbre de permiso y el caniche Boli, entontecido, ni siquiera ladró. Todo parecía una venganza personal o un ajuste de cuentas escabroso.
A todo esto, los herederos Miriam y Juan andaban viviendo al margen de los deseos de sus padres. Sobre todo Miriam. Casada con Rafael Escobedo —un señor a quien no se conocía ocupación, ¿ambición?, ni estabilidad emocional alguna— en contra de la voluntad paterna no mantenía, al parecer, muy buenas relaciones con sus progenitores. Juan, por su parte, vivía en Londres.
Poco menos de un año después del crimen, el hombre de paja, Rafi Escobedo es detenido, enjuiciado y condenado a 53 años de prisión. Se suicida tras siete años de encierro. Allí mismo, en la cárcel de El Dueso (Cantabria).
Pero la historia es mucho más rocambolesca: además de a Rafi, se imputa a Javier Anastasio (jamás se le juzga), íntimo de Escobedo, que no duda en implicar en el crimen al propio hijo de los marqueses, Juan de la Sierra. Y no sólo. También desfilan por los juzgados el marqués de Torrehermosa —Mauricio López-Roberts— acusado de encubrimiento, abogados de prestigio, peritos balísticos, policías novatos, testigos dudosos, pruebas “lavadas”, personajes controvertidos, encubridores ficticios (o no tanto).
Casi cuarenta años después, el crimen de los Urquijo sigue siendo un misterio sin resolver. Un misterio que Javier Menéndez Flores y Melchor Miralles tratan de esclarecer en El hombre que no fui. A Miralles, que lleva bregando con el caso desde el inicio (lo cubrió como jefe de sucesos de Diario 16), todo le parece un despropósito, desde la investigación, el sumario y los testimonios, hasta la condena de Escobedo. A Menéndez Flores, un desastre a caballo entre la negligencia, la oscuridad y los intereses de poder.
Así, mano a mano, ambos periodistas reconstruyen en forma de novela uno de los casos más oscuros de la historia negra patria. Que la estructura se adapte la novela no significa que se lleve a la ficción. Al contrario. A través de un sumario de siete mil páginas, el testimonio de Javier Anastasio (los hijos de los marqueses rehusaron participar) y la ingente documentación acumulada durante estas cuatro décadas, decidieron que el engranaje novelesco del libro era el más adecuado para no abrumar al lector con datos excesivamente densos.
No inventan, ordenan en base a datos reales, comprobables. No especulan, buscan esclarecer una verdad que otros han preferido enterrar. No tratan de remover las alcantarillas del morbo, sino descifrar las incógnitas de un crimen tras el que se ocultan intereses de toda índole. Tal vez demasiado sucios. Los intereses, claro está.
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El hombre que no fui. Javier Menéndez Flores, Melchor Miralles. ISBN: 978-84-9164-087-5. Esfera de los libros.
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