El cuervo blanco.
Amelia apuraba el paso camino a casa con la mirada clavada en el suelo como si, al caminar como si no los viera, los cuervos blancos que sobrevolaban la calle tampoco pudieran verla a ella. ver
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Amelia apuraba el paso camino a casa con la mirada clavada en el suelo como si, al caminar como si no los viera, los cuervos blancos que sobrevolaban la calle tampoco pudieran verla a ella. ver
Esta es la historia de Asnada, un feliz pueblo sin nombre hasta que un hijo de infausto recuerdo lo convirtió en Asnada… ver
Esta es la historia de Caín, un tuerto que quería ser rey de los otros y que, mientras señalaba la oscuridad del mundo, caía en el abismo de la pereza. ver
El cuerpo le pedía chaqueta, pantalón largo y calcetines, las nubes soltaban agua, los días eran más cortos, más lúgubres… El otoño había llegado sin previo aviso, había pasado sin llamar antes de entrar. ver
Que no suene el despertador, que entre una brisa fresca por la ventana y mueva ligeramente la cortina, que el olor a café recién hecho inunde la casa, que suene la música, que brille el sol, amanecer… ver
Las mujeres, como seres de fantasía de la historia interminable, iban desapareciendo al paso de la nada, eran borradas del mapa y de la historia, era como si nunca hubiesen existido, estaban muertas… pero seguían en pie. Y eran esclavas. ver
Narciso bien podría haber sido el hombre en busca de sentido… pero el sentido debió serle esquivo y se convirtió en el hombre en busca de venganza, en el hombre rabioso. ver
Don Dato y Don Relato eran dos señores muy diferentes pero a Eloísa no le gustaba ninguno de los dos, sentía que la despistaban, que con ellos se perdía en lugar de encontrar lo que buscaba. ver
Esto iba a ser un cuento, debería serlo, pero se quedó a medio camino entra la reflexión, la anécdota y la fábula… ver
Solas o en compañía de otros pero a solas siempre con la vida que un día soñaran, con su mundo en construcción. ver
Iván y Ángel, mellizos y revoltosos cuando no diablillos en potencia, no pudieron resistirse a jugar en el fango… ver
Sabela era una niña alegre y divertida que un buen día, jugando al escondite, se ocultó en un rincón de sí misma donde nadie lograba encontrarla. ver
La nota de la maestra no dejaba lugar a la duda y sí a un carro de perplejidad ante el desparpajo con el que la pequeña, con sus 5 años recién cumplidos, dijo: no era una mentira, era un cuento. ver
Los amores, como todo lo humano, son finitos, solo los más bellos llegan hasta el momento en el que ni la muerte los separa. ver
El cálido manto de la fiesta pintada con maquillaje caro y música en directo ocultaba la sangre derramada, el dolor pasado, las ausencias presentes… Estaban en Bataclan. ver
La vida, ese monstruo hecho de belleza y brutalidad; también en las imponentes costas de Cádiz, ante la barbarie y la indignidad de tantos… ver
Esta es la historia de una patata que iba por libre y un agricultor que veía impotente como el mundo se volvía loco por una patata aventurera. ver
De cómo el abuelo explicó a sus nietos que la vida no era cuestión de suerte, chiripa, azar ni buena fortuna sino de serendipia. ver
Fluir o morir, así era la vida en la madre tierra o así al menos la sentía aquella larga tarde de paseo. ver
A Leo le gustaban los cuentos y los devoraba con las mismas ganas que las meriendas invernales de chocolate con churros. ver
Nunca un sueño le había resultado tan reconfortante a pesar de la inquietud que había despertado en él… así es como deben soñar los hombres libres, pensó, cuando temen dejar de serlo. ver
El terror era el miedo elevado a infinito, era el triunfo de la sinrazón sobre la cordura, la conversión del ser en pecado capital, era la muerte en vida. ver
Los truenos son solo ruido de fondo, un eco lejano de la tormenta que está por caer… o por disolverse en una tarde cualquiera de verano; los sustos llegan por otro lado… ver
El beso es de amor y de amistad; en la mejilla, en la frente y en los morros; suave como una caricia, profundos… Hasta que te lo roban. ver
44 grados a la sombra, dijo la mujer del tiempo sin despeinarse, sin que se le moviera una ceja, sin caerse de sus tacones y dejando helado de calorina a quienes la estaban escuchando… ver
Mientras sonaban los truenos, brillaban los rayos y caían piedras heladas del cielo pensó: la primavera es lo que tiene… la sangre altera, sí, y la climatología también. ver
¡No hay derecho! la indignación lo animaba a gritar… y vaya si iba a gritar: en silencio, el domingo, frente a una urna y blandiendo el arma más poderosa: el voto. ver
Bang. Un sonido seco, breve y fatal. Pero lo peor estaba por llegar, la traición, que llegaba silente y discretamente para echar sal en su herida y hacer eterno su dolor. ver
El érase una vez de este cuento se escribió el 14 de noviembre de 1948, día en el que Isabel II paría a su primogénito, el hoy rey Carlos III del Reino Unido y soberano de los Reinos de la Mancomunidad de Naciones… ver
Gafas como relatos y realidades virtuales como verdades… así de extraño se estaba volviendo el mundo incluso a sus ojos (y a sus gafas). ver
No juzgues. No sientes cátedra. Opina pero respeta. No juzgues. No sientes cátedra. No lo sabes todo, cabe incluso que no sepas nada… ver
Érase una vez una noche de emesis, que es la palabra ‘bonita’ para regurgitar o vomitar, y renacimiento, volver a sentirse bien. ver
‘No tendrás nada y serás feliz’ rezaban los pasquines del gobierno… pero sólo la primera frase de aquella sentencia se cumplía. ver
Esta es la historia de un viejo cuaderno que guardaba en sus hojas amarillas el recuerdo de amor perdido en los agujeros negros de la memoria. ver
Este es un cuento de niñas, en particular de una niña que se tomaba la vida y el mundo muy en serio aunque solo tenía 8 años. ver
Esta es la historia de un niño extraño, pequeño y redondo al que sus padres habían llamado Dante convirtiendo así su vida en un infierno… ver
Esta es la historia de un mundo gris… o de un hombre que veía el mundo en escala de grises… no sé. ver
Había llegado el momento de precipitarse, el instante en el que debía dejar de fluir y sentar cátedra de pensamiento propio, solidificarse. Qué breve y terrible instante en el discurrir de una vida entera… ver
El día que descubres que la vitamina D ha caído es el día en el que tu cuerpo te dice que se hace mayor… pero a pesar de todo recuerdas que no cualquier tiempo pasado fue mejor. ver
Esta es la historia de un alma en pena perdida en la tierra que descubre lo absurdo de las batallas de los hombres nuevos… ver
Detestaba las gafas de ver el mundo de color de rosa pero más aún las de verlo en blanco y negro ¿a santo de qué renunciaba el mundo al arcoiris? ver
Aquel fin de semana de ansiado fin de fiestas navideñas sabía a roscón y a una felicidad nueva, sabía a familia. ver
¿Qué mejor modo de pasar la primera tarde del año que leyendo cuentos? (Pocos y breves, sí, pero ya sabes, lo bueno si breve…). ver
Los cuentos de Navidad están hechos para saborear las tardes de invierno, evocar nuestras tradiciones, volver a oler a chimenea y disfrutar de lecturas entrañables. ver
Vive mientras puedas y cuanto puedas, vive por ti y por los que ya no viven. Haz de la nostalgia un bello recuerdo más que un trago amargo. Y vive. ver