El regreso de Zalacaín (el aventurero).
La pandemia amenazó con privarnos para siempre de un histórico de la restauración española, el restaurante Zalacaín, pero Iñigo Urrechu nos lo ha devuelto.
Si algo no nos faltó durante la pandemia fueron malas noticias acerca del mundo de la restauración, es verdad que vimos muchos grandes restaurantes reinventarse, sacarse servicios de entrega a domicilio (delivery) o pasar a recoger (take away) de la chistera y reinventarse en sus terrazas, patios y otros espacios exteriores, pero también vimos a otros para los que las restricciones y precauciones que nos obligó a tomar la pandemia fueron algo así como un tsunami que se los llevó por delante, no hubo salvavidas para ello; claro que todo eso pasó y de los días tristes en los que anunciábamos el cierre del mítico Zalacaín (el primer restaurante que consiguió las tres Estrellas Michelin en España) llegamos al momento de anunciar su regreso, sí, vuelve Zalacaín (el aventurero, pues debe su nombre al protagonista de la novela de Pío Baroja Zalacaín el Aventurero).
Pero no vamos a hablar de libros sino de platos, los platos que preparará el mismo equipo que trabajaba en la cocina y en la sala del restaurante en su última etapa pero ahora lo hará bajo la dirección gastronómica de Iñigo Urrechu.
El nuevo Zalacaín mira al futuro pero no reniega de su pasado no solo porque no pueda hacerlo sino porque no debe, porque su pasado fue glorioso en lo gastronómico y eso ha de permanecer en sus platos ¿qué platos? estos: Búcaro Don Pío (consomé gelée con salmón ahumado, huevo de codorniz y caviar); tartar de lubina con crema helada de aciete de olvia y eneldo; bacalao tellagorri; Wellington de centro de solomillo con crema de granadas y salsa de cinco pimientas; canelón de ternera y pato con ensalada cítrica; callos de Jorge Losa (que pasan por ser los mejores del mundo); ¿y de postre? galleta especiada con manzana asada y crema helada de miel; tarta de queso cremosa y ahumada con helado y membrillo…