Tiempo.
9:22 am. 1.261.872.032 segundos. 21.031.200 minutos. 350.520 horas. 14.605 días.
El camión de reparto de la fruta en doble fila. Una pareja de ejecutivos caminando con prisa, en silencio. Ajenos. 9:22 am. El reflejo de la luz en el retrovisor. Un chico y un perro enano, blanco, de orejas puntiagudas. Un perro quieto, un silbido. Un coche que se detiene a tu lado. Una señora, un gesto común, un dedo que pregunta. Un gesto de negación. Una chica con calentadores rojos como aquellos de Eva Nasarre. 1.261.872.032 segundos. Una moto a gran velocidad. Un estruendo. Las hojas que se mecen. Las hojas que caen. El capó. El frutero y las cajas. Una chica, un móvil, un árbol. Un señor con un maletín de polipiel marrón. Una boina. Los ruidos apagados del exterior. La montura metálica de las gafas de sol. El tacto de la bufanda. Los brillos en el cristal trasero del coche de delante. 21.031.200 minutos. Un poste de la zona azul. El blanco de un furgón. Un claxon. Una señora con un pastor alemán. El árbol. Unos niños corriendo de la mano de su madre al colegio. Las luces rojas del salpicadero. El parpadeo de la luz de la alarma. El tacto del abrigo. La presión de una bufanda gris. Paredes de piedra y ladrillo. Un chico en mangas de camisa. Valor. 350.520 horas. Los marrones, los grises, los negros de las hojas aplastadas, rodadas, del suelo. 6,5º Celsius. 43.7º Fahrenheit. El brillo mate del invierno. Un señor entre dos coches. Mochilas de instituto. Carreras. El gris oscuro del salpicadero. Señoras con carro de la compra. La radio apagada. 14.605 días. La vigilante de la ORA. El tacto del volante. Ramas. Reflejos. Un semáforo en rojo. Un mensajero. Peatones. Vehículos a gran velocidad. El azul pálido del cielo. 2.086 semanas. Albañiles. Un contenedor por llenar. El espacio en que estuvo el camión de la fruta. Un frutero delicado con la mercancía. Pirámides de fruta, de colores. Dos ladridos. Una voz femenina, apagada. Tres hombres y una mujer entrando en una cafetería. Portales. Grandes puertas dobles inmóviles, hierro y cristal. Reflejos del suelo mecidos por la brisa. Murmullo exterior. Un otoño. Verdes que resisten en las copas. 1.261.872.251 segundos.
No es el mismo. Nunca es el mismo. Por eso no parece el mismo tampoco este lunes.