Taxi a Manhattan, cocina con espíritu neoyorkino.

Nueva York está lleno de rincones por descubrir y hay quienes afirman que la Gran Manzana es una de las ciudades del mundo que más engancha a sus visitantes. Quizás por el ritmo cosmopolita al que se mueve, por su cultura callejera, o por sus escenarios urbanos tan cinematográficos y atractivos… el misterio está aún por resolver.

Son muchos los que han ido y tienen pendiente volver, y otros tantos los que se mueren de curiosidad por conocer la ciudad. Imagínate por un momento que un taxi te pudiera llevar en tan solo unos segundos a Manhattan, por supuesto uno amarillo y con cuadros negros. Desde el pasado mes de diciembre, si vives en Madrid, esto es posible.

El restaurante Taxi a Manhattan, situado en el número 17 de la calle de la Basílica, ha conseguido recrear a la perfección el ambiente neoyorkino a través de una exquisita decoración y un estilo tan acogedor como apetecible. Está dividido en varios espacios: una terraza para disfrutar de las vistas, el ático, con cómodos sillones y mesas altas, una barra para picar o tomar un cóctel y el comedor, con una pared llena de graffitis, referencias al metro y a los icónicos taxis e incluso una zona con un piano donde de vez en cuando se escucha jazz.

En cuanto a su carta, está compuesta por 45 platos muy variados e innovadores. Para empezar, por ejemplo, una tortilla de manzana y patatas con aromas exóticos, unas croquetas de arroz pizza, unos chupa-chups de queso de cabra con confitura de tomate o una ensalada de brotes y queso manchego. Y como plato principal, Taxi a Manhattan cuenta con propuestas para todos los gustos: desde pulpo braseado con papas arrugás y mojo rojo o presa ibérica con naranja y confitura de piña hasta raviolis de chantarella y ricota con salsa de foie y cerveza y varios tipos de arroces a cual más sabrosos.

La pasión por los platos bien hechos y la cocina de mercado reinan entre sus fogones, que quedan a la vista de todos los curiosos a través de un showcooking. Si tienes ganas de disfrutar del incomparable espíritu neoyorkino, a qué esperas, ¿cogemos un Taxi a Manhattan?.