Un secret club con A de Arzábal.
El Club A es perfecto para esos encuentros íntimos a media luz, en una atmósfera tranquila y sofisticada.
Londres, Nueva York, Milán y ahora Madrid. El concepto de secret club se instala en la capital de la mano de un nombre que es referencia en la restauración capitalina: Arzábal. Los propietarios de las emblemáticas tabernas continúan aquí con su cocina tradicional pero le aportan un punto japonés, el refinamiento de una extensa champanería y ese atractivo que tiene todo lo que parece clandestino.
Así, dentro de su propuesta gastronómica, A, que así se llama, ofrece platos habituales de su hermano Arzábal, como las croquetas de ibérico, el huevo poché con setas encebolladas y parmentier o la coca de sardinas y verduras. El toque nipón lo ponen recetas elaboradas en vivo y en directo como el atún flambeado con mostaza y tamari, el pez escolar con trufa o el pez limón con tocineta ibérica.
Para completar la puesta en escena, el barman Pablo Collantes propone más de 40 cócteles diferentes. Y además, la joya de la corona: el club A cuenta con una de las cartas de champán más extensas de Madrid, con más de 140 referencias, tanto de grandes casas como de pequeños productores.
La exclusividad del Club A no radica en que solo puedan hacer uso de él sus socios. Para ellos existe el living, un encantador salón inglés y varios reservados para utilizar a su antojo. Para los que carezcan del codiciado número identificativo, una reserva bastará para disfrutar de la elegante coctelería en la que es posible hacerse buena idea de la carta.
A es perfecto para esos encuentros íntimos a media luz, en una atmósfera tranquila y sofisticada. Un espacio que no invita a las masas y con el que esa cena especial será, seguro, toda una sorpresa.