Tiempo de bacalao en Rubaiyat.
Rubaiyat ha renovado su local y su carta ¿el resultado? no sabrás si dejarte llevar por sus carnes o por sus pescados...
Desde que en 2006 desembarcara en España, pocos son los restaurantes que mejoran la oferta de carnes del Rubaiyat: la sabrosa cadena brasileña sirve carnes procedentes de su propia hacienda en Brasil y en Madrid lo hace bajo la tutela y dirección de un chef procedente del Maní, uno de los mejores restaurantes del mundo, Daniel Redondo.
Cumplida ya, de largo, la década en Madrid, el Rubaiyat se ha renovado por dentro y por fuera o, lo que es lo mismo, ha renovado tanto su interiorismo como su carta: sus carnes siguen siendo las de siempre, las mejores, pero ahora los pescados han ganado también protagonismo y con ellos la carta de Rubaiyat se ha sofisticado y enriquecido más si cabe para tentar no sólo a los amantes de la carne sino a quienes se pierden por el buen comer y saben disfrutar de todos los sabores.
¿Eres de los que, aunque sólo sea por costumbre o tradición, evita la carne los viernes de Cuaresma? aunque ese sea tu caso, no evites el Rubaiyat porque, por más que te tienten sus carnes, sus nuevos platos de pescado te conquistarán por la boca: el bacalao es el rey de esta época y Rubaiyat lo preparan con una sabrosa receta de origen portugués, bacalao à brás, con cebolla picada y huevo; otros de los platos que vienen a sofisticar la carta del Rubaiyat son el pulpo a la brasa con aceite de picada, puré de batata y cebolla asada o el canelón frío de bogavante con ensalada verde y vinagreta de chalotas, también el bogavante con parmentier de patata y trompetas de la muerte.
En cuanto al interiorismo, ha sido obra y arte del equipo de The Warehouse Design, mantiene por supuesto la esencia de Rubaiyat porque vayas al restaurante que vayas de esta cadena, en el lugar del mundo en que lo hagas, debes tener la sensación de llegar a ese lugar que amas y conoces: grandes y cómodos sofás, algo de vegetación y tonos naturales (tierras, blancos y azules) mandan en un local acogedor y cálido en el que comer es siempre un placer.