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cerrarCaprichos recién sacados del horno.
En La Rollerie se sirve buen pan, mejor café y una carta repleta de productos artesanos.
La sensación de entrar en un local en el que huele a pan recién hecho es inmejorable, aunque compite en igualdad de condiciones con el exquisito aroma a café. Para gustos, los colores. Lo que sí es cierto es que por lo general cuesta resistirse a ambos y, al caer en la tentación, el resultado suele ser sabroso y deleita todos nuestros sentidos.
La Rollerie es uno de esos lugares en los que es difícil no entrar si nos encontramos un poco hambrientos. Desde su exterior, a través de los cristales, ya se puede hacer uno a la idea de que en su interior va a encontrarse una decoración en la que predomina el buen gusto, los tonos blancos, los toques vintage y las sillas con tapicerías elegantes. Está claro, La Rollerie es un lugar para descubrir sabores, olores y colores.
Pero, ¿cuáles son los platos perfectos para hacerse la boca agua?. En primer lugar, los desayunos para comenzar la jornada con buen pie y, todos los días, entre las 11 y las 16 horas se sirven cuatro tipos de brunch muy internacionales. Tostas, ensaladas, quiches, sándwiches, pasta fresca, hamburguesas, postres y algunos platos especiales para compartir como unas brochetas de pollo con arroz basmati, empanadas de maíz con diferentes rellenos, champiñones rellenos e incluso una fondue de queso servida en una hogaza.
Para los que tengan prisa, también hay una gran variedad de aperitivos para llevar y numerosos panes artesanos elaborados cada día con diferentes formas, recetas e ingredientes, desde semillas, frutos secos o cereales variados. Si esto no ha sido suficiente para abrirte el apetito, espera a pasar por delante de la puerta de La Rollerie. Hay dos en Madrid –en Atocha 20 y en Guzmán el Bueno 105- y otra en Valencia, en la calle Convento de Santa Clara 7.
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