El Puerto de El Escondite, un sabroso refugio a las afueras de Madrid.

Hoy comemos en la Ciudad del Santander, en Boadilla del Monte, en Madrid... en El Puerto de El Escondite.

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Madrid es una ciudad próspera y pujante, es una ciudad que crece no solo en habitantes sino también en lugares habitables… y no hablamos de vivienda sino zonas de la región que se desarrollan al calor de lo que la capital da de sí, tanto es así que ese halo desarrollo va incluso más allá de la Comunidad de Madrid… pero no hoy no iremos tan lejos, nos quedaremos en Boadilla del Monte, una localidad que ha crecido en lo residencial tanto como en los empresarial y económico y que nos ofrece, en la magnífica Ciudad del Santander, un restaurante de escándalo: El Puerto de El Escondite.

Frente a un pantalán, rodeado de naturaleza y cerca de la capital, este restaurante, que es también perfecto para la organización de eventos tanto personales como profesionales, ofrece una carta de gusto mediterráneo regada con vinos españoles y franceses y con un final deliciosamente dulce: empezando por tablas de jamón ibérico de bellota o cecina de wagyu con almendras fritas, platos de anchoa artesana de Santoña con brioche y mantequilla o ensaladas como la de tomate ibérico con ventresca de atún en aceite de oliva virgen o la de pimientos asados, langostinos y vinagreta de aceitunas; y continuando por los platos fuertes como el arroz a banda con muslo de pato deshuesado al momento o el meloso con chipirones, gambones y jugo de carabineros, merluza de pincho de Celeiro a la plancha o guisada en salsa verde, lomo de rape a la bilbaína, lenguado a la mantequilla negra, steak tartar de solomillo madurado cortado a cuchillo, mollejas de ternera a la plancha con puré trufado y salsa ligada, canelón de rabo de todo en su jugo con bechamel y portobello, solo millo de vaca madurada con patatas panaderas… Y terminando por postres clásicos como el tiramisú o más innovadores como la torrija caramelizada con helado de turrón.

¿Y los vinos? De Borgoña o Burdeos, de Ródano y por supuesto también nacionales, tanto tintos como blancos, rosados y espumosos… que por supuesto también se sirven por copas.

Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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