La capital de México no quiere quedarse atrás y, como en otras grandes capitales latinoamericanas, ha apostado por la alta gastronomía como referente de su cocina. Los grandes cocineros del país han elegido, en su mayoría, la fusión de platos tradicionales con nuevas técnicas, logrando resultados deliciosos que les han valido una presencia destacada en listas como la de los Mejores Restaurantes del Mundo de medios especializados. Además, no hay que olvidar que la gastronomía mexicana ya fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010. Todo un galardón que ellos se encargan de inmortalizar a diario en sus platos.
El restaurante del chef Enrique Olvera destaca por su valentía en ofrecer ingredientes muy exóticos, tanto como las propias hormigas chicatanas. Maestro de la sofisticación, tiene en su menú platos como los tacos de lechón a la barbacoa, pero es su adaptación del clásico mole mexicano el que le ha hecho destacar. Él lo sirve uniendo mole fresco con una segunda capa de un mole preparado.
El nombre significa en azteca ‘maleza comestible’, pero no hay que dejarse llevar a error por ello, ya que lo que se sirve en este restaurante, considerado el mejor del país de alta cocina, es un buen número de recetas con productos de temporada y huella ecológica. Mucho sabor en platos como las sardinas en salsa verde, el helado de maíz azucarado o las verduras de su huerto urbano.
Se ha convertido en el restaurante más de moda, y lo han logrado con una cocina de diseño que juega con los sentidos. Su decoración ha sido diseñada por un estudio estadounidense, muy luminosa, y quiere ser lugar de encuentro de lo mejor de la capital. Su carta es pequeña, poniendo sobre la mesa los mejores ingredientes frescos. Ensaladas que se unen al mejor pescado y marisco, las estrellas de la casa.
Es el restaurante del chef Ricardo Muñoz, que destaca por su empeño en rescatar tradiciones culinarias y recetas olvidadas de todo México. Se encuentra ubicado en una casona que perteneció a un mecenas del arte mexicano y se aprecia en la decoración, donde destacan grandes cuadros. Destaca en el menú el plato de buñuelos rellenos de pato bañados en mola.
Influencias vascas en plena Ciudad de México es lo que ofrece el Biko, donde se experimenta con cada plato gracias a la influencia que Ferran Adrià ha ejercido sobre sus cocineros y, sobre todo, su ched, Mikel Alonso. Destacamos de su carta el Gazpacho verde de pipicha con trucha y callo media luna y el foie con piña y un toque de anís. También tiene platos españoles.
Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.
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