Galería de imágenes
cerrarFresa y chocolate.
Fresa, frambuesa y cereza con chocolate belga en un bombón creado bajo una marca histórica, tanto que es la marca del primer praliné: Neuhaus.
Fresa, frambuesa y cereza con chocolate belga en un bombón creado bajo una marca histórica, tanto que es la marca del primer praliné: Neuhaus.
El belga es considerado uno de los mejores, sino el mejor, chocolate del mundo y algún mérito podemos apuntarnos, pues fue tras la conquista española de América y de nuestra mano, que las primeras habas de cacao llegaron a Europa y a Bélgica; igual que el chocolate, Jean Neuhaus, maestro suizo, llegó a Bélgica un buen día y ahí comenzó una historia en la que otro Jean Neuhaus, nieto del primero y en 1912, marcaría un hito: la invención y creación del primer praliné, que se vendería tres años más tarde acomodado en un ballotín salido de la imaginación de Louise Agostini, esposa de Neuhaus.
Son ya 150 años endulzando generaciones belgas y del mundo, ideando nuevos bombones, ya todos confeccionados a partir de habas de chocolate africanas, más concentradas, con más grasa de cacao que las americanas. He ahí quizá uno de los secretos del chocolate belga, además de su tradición y el buen hacer de sus artesanos para llevar el haba de cacao degranada de su mazorca en África al bombón más sofisticado y delicioso.
Y de la mano de tan ilustres artesanos, los de Neuhaus que es también proveedor de la corte belga, nos llega una nueva propuesta dulce y tentadora: chocolate belga y frutos rojos en tres bombones.
Chocolate negro con cerezas o frambuesas confitadas, ambos sobre un ganache, ineludible base de cualquier trufa, profundo e intenso y chocolate con leche y fresas confitadas con un cremoso ganache de fresa.
Sostienen los belgas que no hay mejor obsequio ni regalo que unos deliciosos chocolates y, viendo estas sensuales y apetecibles propuestas, poco más nos queda que concederles la razón… y comernos un praliné.