El arte de Claramunt.

El aceite de oliva es una pasión en nuestro sur, los mejores de su clase -los virgen extra- nacen en las extensas plantaciones de olivos de Jaén y, entre ellos, la de los Claramunt que acumulan ya tres generaciones de sabiduría agrónoma alrededor de las olivas.

Innovar y evolucionar son conceptos de obligado cumplimiento en cualquier industria, también en la agrícola, y eso es algo que la tercera generación de Claramunt al frente de un olivar no ha dudado nunca. Por eso no solo han transformado en intensiva una parte de su plantación, sino que además han introducido nuevas variedades de aceituna de origen griego e italiano; y es que si bien nos jactamos, con razón, de ser la cuna del mejor aceite de oliva virgen extra del mundo por la conjunción mágica de nuestro suelo y nuestro clima con las variedades autóctonas y buen saber y hacer de nuestros agricultures, no podemos dejar de reconocer que griegos e italianos tienen también algo que decir en cuanto a aceite se refiere.

Picual, Arbequina, Frantoio y Koroneiki -éstas últimas importadas de Italia y Grecia- son las variedades del olivar Claramunt y de su fruto cuidado y seleccionado al extremo, se extraen de los mejores aceites de oliva virgen extra del mundo, que además se presentan en vídrios únicos decorados por lienzos exclusivos inspirados en el arte patrio del siglo XX.

Arbequina -fruto rojizo de aroma exótico-, Frantoio -de lo mejor de la toscana en forma de aceitunas ovoidales-, Koroneiki -una variedad especialmente seca de las islas griegas- y Picual -el autóctono de Jaén y Claramunt-; estas son las variedades de las que nacen otros tantos aceites únicos bellamente presentados que se prestan tanto a vestir la mesa como a servir de precioso objeto de regalo… y además se venden online a través de la e-shop de la firma donde están ya disponibles las variedades Arbequina y Frantoio en botella de 250 o 500 ml, en soportes y estuches de regalo, puro arte en la mesa.