Todo en uno.

El nombre de la calle y el número que ocupa bastan para asociar este restaurante con un concepto: el de exclusividad. Sí, la ubicación es privilegiada y, tras algunos años, ahora renueva su oferta. Lo hace con la vocación de convertirse en un multiespacio en el que la gastronomía comparte protagonismo con la coctelería. Es Castellana 8, todo en uno.

A partir de las 12.00 y hasta las 00.00 horas, su cocina concede los deseos de los que tienen apetito. Sin interrupciones. Ya se les antoje un aperitivo informal, que puede ser un vino bien elegido, un cóctel bien mezclado y, por supuesto, algo de picar. Quizá apetezca una comida en toda regla, un café y copa que prolongue la sobremesa. Y también algo a media tarde, ligero, sin demasiadas pretensiones pero rico, acompañado de un cóctel, que abre boca para disfrutar de la noche y todo lo que pueda llegar.

La cocina combina recetas con un toque oriental, por ejemplo, las Brochetas de ternera satay, otras tradicionales como el Lomo de merluza a la gallega con puré de patata revolcona, y también con guiños al recetario francés e italiano, véase, los Mejillones de roca en cocotte picantes. No faltan platos ‘imprescindibles’ hoy en día como la hamburguesa o la pizza, elaboradas artesanalmente. Sin pasar por alto, Jamón ibérico con pan tumaca o  Anchoas de Santoña, ensaladas y platos de cuchara.

Estéticamente hace gala, cómo no, de un marcado carácter exclusivo. En tonos grises, se viste de terciopelo, se cubre de madera y brilla a través de espejos. En la planta principal, se encuentra el cóctel bar y la barra con cocina incorporada. En la entreplanta, un tanto más reservada, se distribuyen las mesas que son perfectas para comidas de negocios o encuentros en buena compañía.

En Castellana 8 el ritmo no baja hasta las 02.30 horas. Hasta entonces, suena soul, jazz y bossa nova, en esas primeras horas del día, y funk, disco y pop, cuando la llegada de la noche pide más volumen. No es solo una dirección privilegiada.