80 croquetas.
De cigala con algas, de gin-tonic, de majorero con bayas de enebro, de jabalí al chocolate...
Crujientes por fuera, tiernas y sabrosas por dentro. La croqueta, esa otra más de las delicias culinarias de este país surgidas de la necesidad y del ingenio, en estas para aprovechar lo restante de las comidas, en manos de Antonio Madrigal van más allá, llenando cada bocado de espectaculares, sorprendentes y variados sabores, hasta 80, desde los sabores más clásicos, con jamón o bacalao, hasta de gin-tonic.
«Cigala con algas, gelée de gin-tonic recubierto con bechamel de limón, majorero con bayas de enebro, jabalí al chocolate, salmón marinado con wasabi, colmenillas al oporto, marmitako a la bermeana, foie con chutney de cebolla morada o cuajada con miel, idiazábal con pasas, beicon con cacahuetes, vieiras con espinacas, seta de cardo de la dehesa de Colmenar Viejo, el mojito cubano… «
Así, en la carta de croquetas del restaurante Sierra Madrigal, en Colmenar Viejo, Madrid, puedes encontrarlas en ocho grupos diferentes: guisos, quesos, embutidos, carnes, pescados y mariscos, setas, verduras y dulces. Bocados a 14€ las 12 unidades, o 7€ la mitad, claro, con la garantía del magnífico sabor que tiene todo aquello que se cocina con ingredientes naturales, en su mayoría de productores locales, y de la cocina de Madrigal.
Plan para el fin de semana, un paseo por la Pedriza y Manzanares, solecito, unas cañitas, una jartá de croquetas de todos lo sabores imaginables e inimaginables, y dos paseos más al sol y al ocaso, para digerir tanto gozo…