Nos pierden las terrazas de verano y nos encanta perdernos en ellas pero lo cierto es que, si hablamos de las terrazas de ciudad, incluso si se trata de una ciudad con mar, resulta inevitable la interferencia de los coches y de todo lo que supone la vida urbana; por eso nos gustan especialmente las terrazas que nos elevan del suelo al techo de la ciudad, las que nos permite disfrutar su skyline sin sentir cerca el rugir de los coches y las motos. Y por eso elegimos 5 terrazas en Barcelona de las que te permiten tocar el cielo tanto por su altura como por su belleza y su deliciosa oferta gastronómica. De Arola y el Hotel Arts en la Marina, junto a la playa, nos vamos al Paseo de Gracia y visitamos Casa Fuster; nos trasladamos a la Vía Laietana para subir al cielo desde el Sky Bar; volvemos al Paseo de Gracia para subirnos al tejado del Mandarin Oriental y cerramos nuestro paseo por los techos de Barcelona en el Barceló Raval.
La terraza del hotel Arts es un rincón delicioso de Barcelona que disfruta de sugerentes vistas al mar. En este espacio manda Arola y lo ideal es encomendarte a él para acompañar tu cóctel de algún bocado de alta cocina.
La de Casa Fuster es una terraza modernista, cargada del color que le otorga el espectacular uso de la luz que descubrirás en ella. Es un lugar para cenar ligero y disfrutar de un cóctel además de las vistas de Barcelona.
Nos elevamos desde la bulliciosa Via Laietana para alejar el ruido y tocar el cielo de Barcelona. Se trata de una terraza con piscina y zona chill out. Como detalle con encanto, al caer la noche la pisicina cambia de color.
Terrat es, probablemete, la terraza más exclusiva de Barcelona tanto por su decoración como por su ubicación y, por supuesto, también por la innovadora carta que presenta marcada por la influencia peruana; está ubicada en la novena planta del Mandarin Oriental y desde su espacio se puede ver la puesta del sol más bella de Barcelona.
La del Barceló Raval es una terraza 360º con piscina, solarium y vistas panorámicas; está ubicada en la planta 11 del hotel y desde ella se puede ver el skyline de Barcelona desde todas las perspectivas posibles.
Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.
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