Una tradición que vuelve a estar de moda (aunque nunca se fue). 6 meriendas para comerse las tardes.
Las meriendas reviven en Madrid y Barcelona. Más allá de costumbres extranjeras, ésta, tan nuestra, se mezcla con las mismas y da lugar a deliciosos tentempiés vespertinos.
Para los ingleses es la refinada hora del té. Para nosotros, la merendola de toda la vida. Después del brunch, el drunch, el afterwork… ¿Hay vida más allá de la comida?
Sí, parece que sí, la hay. Y lo cierto es que puede que la fórmula más exitosa la hayamos tenido toda la vida delante de nuestras narices, día a día, cada tarde.
Admitámoslo, aquí no somos de desayunos que se transforman en comida, somos más de comer y dejar el café y el dulce para el final y no al revés. No somos de cenas tempranas, todo lo contrario, ni tampoco de tés a primera hora de la tarde que, más que servirnos como tentempié, nos hacen de postre cuando alargamos las sobremesas de mediodía, algo también muy habitual.
Así que, qué narices, merendemos. De manera más sofisticada o menos. Con infusiones o cafés, con macarons franceses, scones escoceses o churros patrios con chocolate, de una forma más sana o más caprichosa, pero merendemos, y llamemos a las cosas por su nombre, que para eso es nuestro. A las 6, a las 7, a las 8… Cuando te plazca, como en casa, como antes.
En Madrid y en Barcelona se reinventa un concepto que parecía olvidado en favor de fórmulas extranjeras. Ahora se funde con las mismas y, por fin, ya sí, es la hora de la merienda en el hotel Ritz, en el Majestic, en TATEL, en Lady Madonna, en Caelum, en La Marquise Décadente… Disfrútala, saboréala y piensa en el siguiente paso: ¿Llegará pronto el que devuelva a la vida al sándwich de Nocilla? Por pedir que no quede…
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Caelum: Meriendas caídas del cielo.
Pocas cosas hay más tradicionales que los dulces de convento. Si te falta el tiempo de acercarte a ver a las monjitas, Caelum recopila los mejores de Cataluña para ti en un encantador espacio en el Gótico. Con suerte, encontrarás algún hueco para degustar su chocolate caliente. Si no, llévatelo a casa junto con una buena dosis de galletas.
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Tés de diseño en el Ritz.
Vale, admitimos té como merendola si es en un lugar tan emblemático como el Ritz. Lo admitimos, además, porque se alarga hasta las 8 de la tarde y porque incluye hasta los míticos churros con chocolate. Y lo admitimos también, y sobre todo, porque cuenta con una figura única como es la de diseñadora de tés. En este caso es la encantadora Beatriz Parreño que, una vez a la semana, nos introduce en rituales milenarios con un magnetismo tal que es fácil volverse asiduo.
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A la moda, en el Majestic.
Hablemos de otro momento del té con una pequeña vuelta de tuerca. Hablemos de otro hotel mágico y de otra gran ciudad. Hablemos del «fashion tea» del Majestic y de sus deliciosos éclairs dulces y salados inspirados en grandes firmas de moda. Para acompañarlos, un té de su amplia carta, por supuesto, una copia de champán Ruinart o un chocolate calentito.
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Con T de tarde, y de TATEL.
¿Más moda? ¿Más champán? ¿Más té? El restaurante más sonado de la capital en los últimos meses se alía con G.H.Mumm y con Tekoe para las meriendas más animadas, dulces, saladas, con música en directo y hasta coctelería. Esto sí que es echar la tarde alargando y mezclando la sobremesa, el afterwork, y lo que nos echen.
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Meriendas Belle Époque en La Marquise Décadente.
«Hacerte sonreir tan dulcemente que siempre volverás a La Marquise Decadente«. Este es su sugerente mensaje de bienvenida y es tan real como sus antigüedades francesas que conforman inolvidables vajillas, su exquisita decoración, su música, su olor a recién salido del horno, sus galletas, sus tartas hechas gracias a recetas internacionales como la del pastel ruso con miel… ¿Seguimos?
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Para lucir tipín en Lady Madonna.
Después de leer esta colección de meriendas, probablemente en lo último que pienses sea en la temida operación biquini. No desesperes, que aún llegas. En Lady Madonna, la bollería, el pan y la excesiva cafeína se sustituye por zumos naturales, macedonias de frutas, tostas integrales de pavo, muesli… Créenos, es más apetecible de lo que puede parecer. Lo presentan tan mono y el espacio es tan bonito que agradecerás la visita… y tu cuerpo también.