6 escapadas entre viñedos.
El otoño hace poco a poco su entrada y con él el terruño se impregna de los colores del vino.
La uva está lista y comienza una nueva temporada de vendimia, la época ideal para empaparse de la cultura de nuestros caldos en sus lugares de origen.
La gastronomía genera cada vez más interés en el público no profesional. Nos gusta saber qué comemos, qué bebemos y, por suerte, indagar en las raíces de las buenas materias primas de nuestra geografía.
Ocurre con el vino, por supuesto, y las bodegas, lejos de acoger únicamente a quienes trabajan la viña, abren sus puertas a todo el que quiera cruzarlas y conocer un poco más de la esencia de uno de nuestros productos estrella.
El vino, así, se descorcha para amateurs y para entendidos, se decanta para todos los paladares y se sirve en compañía de catas didácticas, visitas turísticas y un sinfín de actividades que conforman un día inolvidable.
Proponemos una selección de seis escapadas entre viñedos, seis opciones muy especiales.
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Junto al mar.
Estas bodegas llevan 15 años embotellando la esencia de una de las más bellas islas Baleares. Aquí es posible acercarse, en un fin de semana de ensueño, a las variedades autóctonas Monastrell y Fogoneu, presentes ambas en sus vinos Cap de Barbaria y Ophiusa.
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¿Ribera del Duero o Rueda?
En la primera bodega, una de las de mayor prestigio en la zona, se ofrecen menús maridados y hasta fines de semana completos para una inmersión total en sus caldos (y no solo viven de tinto, atención a su rosado fermentado en barrica). En la segunda, además de la visita, originales talleres de coctelería con vino.
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Vinos divertidos.
Nos los muestra in situ este peculiar enólogo que ha bautizado así sus tres tintos (un joven de 2012, un crianza de 2008 y un reserva de 2007) y un rosado y dos blancos de 2013. Etiquetas sin corsés, con precios comedidos y una imagen fresca. Sus catas son perfectas para iniciarse en el sector.
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Tesoros en el corazón de Toledo.
Entre las actividades que propone esta bodega familiar, donde se elaboran exclusivos y limitados vinos, está la participación de los asistentes en el proceso de recolección de la uva y preciosas jornadas de cetrería.
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En la Rioja Alta.
Levantada sobre calados del siglo XVI, es un lugar único para disfrutar de catas, menús maridados y visitas guiadas que descubren la magia, la cultura y la historia de una de las zonas vinícolas más prestigiosas del mundo.
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Panorámica sobre el valle del Duero.
Semienterradas en la ladera norte del valle están las naves de esta bodega con solera. Junto a bodegas Emina, del mismo grupo, ofrece cursos de cata, maridajes autóctonos en su restaurante, tours por su Museo del Vino y hasta vuelos en globo sobre sus viñedos. Descorchando una botella de su Vendimia Seleccionada 2012, la experiencia será del todo idílica.
