150 whiskeys y los mejores postres de Manhattan.

El corazón del Battery Park se ha convertido en uno de los rincones más interesantes de Nueva York en cuanto a lo gastronómico. En apenas 100 metros cuadrados podemos encontrar establecimientos como Atrio, PJ Clarke’s, Kaffe 1668 o nuestro protagonista: el North End Grill, mucho más que un bistró con terraza a dos pasos del Hudson.

El local no podía ser más acogedor. Con cocina a la vista, su personal trabaja rápidamente para que se sirvan al momento platos ricos en cocina de mercado, con productos de temporada. Obviamente, destacan las carnes y pescados que se hacen en su parrilla, la cual se alimenta por un fuego de leña sobre el que ha girado el diseño de la cocina. En ella se quema madera de los bosques del estado de Nueva York, así como los peces son de Long Island. Además, el personal se encarga de un huerto urbano situado en el tejado de un edificio cercano al restaurante en el que cultivas verduras, frutas y hierbas aromáticas.

Además del restaurante en sí, situado dentro de una de las principales áreas financieras, cuenta con un magnífico bar para el ‘after-work’ o tomarse un respiro durante la jornada laboral. Allí se ofrecen hasta 150 referencias diferentes de whisky escocés Single Malt, ordenador por las diferentes regiones del país. Es, de este modo, uno de los locales con mayor variedad de este destilado, sino el que más, de todo Nueva York. Entre su oferta, destilerías fantasma (raros experimentos de firmas escocesas que no llegaron a ver la luz) y algunas que nunca han sido vendidas en el mercado.

También merecen atención sus postres. Aliados con chocolates Valrhona, en su cocina se preparan dulces que no consiguen otra cosa que el que tengamos que volver cuanto antes para seguir descubriendo el resto de la carta. Destaca el Creamsicle, una tarta de vainilla con crema de limón y naranja confitada (10 dólares), así como la Cherry-Cola, un helado cremoso con cerezas, crema de helado de Cola y caramelos pica-pica de cereza (10 dólares).

El helado de cola no es el único diferente. Hay que sumar el de caramelo salado, fresa-ruibarbo, arándanos, melocotón a la parrilla… Como para decidirse rápidamente…

Ahora en verano, además, cuenta con una terraza, por lo que sus mesas son aún más cotizadas. ¿Nos escapamos a Manhattan?