Tapas, raciones, platos y champagne.

Agua para los más clásicos, vino para los seductores y champagne solo para los más atrevidos. Y tú, ¿con qué brindas cuando vas a un restaurante?.

En pleno barrio de la Latina, en el número 17 de la calle Segovia y bajo un llamativo toldo se encuentra el restaurante Charlie Champagne, un lugar en el que todo combina a la perfección con las burbujas. Es un restaurante de cocina contemporánea cuyos fogones están capitaneados por el prestigioso chef Carlos Durán Herrera.

En él se respira el ambiente de una taberna tradicional madrileña, de las de toda la vida pero con el toque sofisticado y moderno propio de un bistró. Su carta está repleta de tapas y raciones para compartir, arroces, menús degustación para no dejar de probar ninguna de sus especialidades o incluso brunch los domingos.

Entre sus paredes de piedra, a modo de bodega, se saborean con calma tapas como croquetas de miel, queso de cabra y caña de lomo o piruletas de morcilla y pimiento asado, raciones de pollo thai, humus o verduras crujientes entre otras. Y para los que tengan mucho hambre, unos huevos de corral con boletus, un foie frio asado con ragout de tomates y piñones, guisos tradicionales y arroces con avellanas y trufas, sepia y alioli, pato a la naranja con cerveza o bacalao.

Pero, lo que no puede faltar en cualquier visita al Charlie Champagne es una copa de G.H. Mumm para brindar por los buenos momentos o, simplemente, para celebrar su exquisita carta.