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Mario Gas resucita a la reina más cruel y deseada del teatro del Siglo de Oro: La hija del aire, de Calderón de la Barca.
La hija del aire es una de las obras mayores de Calderón de la Barca. Escrita en dos partes, la pieza mítica y violenta, se centra en los conflictos del poder, la condición trágica del destino y la rivalidad entre diosas ajenas a la realidad humana. Se trata de un drama político mitológico situado en un tiempo histórico lejano. El escenario puede ser cualquier reino totalitario, cualquier régimen absolutista, cualquier dictadura que conduce a la destrucción social de forma irremediable.
La trama gira en torno a Semíramis, reina de Asiria y fundadora de Babilonia. Gran personaje femenino del Siglo de Oro, su grandeza se compara a menudo con la tragedia de Segismundo y su libertad atrapada entre la fatalidad y los laberintos morales del reinado. Semíramis es acusada por el rey de Lidia de usurpar el poder legítimo a Ninias. Tras la acusación, el rey y Semíramis se declaran la guerra.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico recupera la gran obra de Calderón bajo el mando de Mario Gas. Para el director, la pieza es una de las más bellas y complejas del dramaturgo madrileño que escribe a los 53 años. Por eso, cuenta Gas, han tenido que ser “infieles” con el texto con el fin de mantener el la esencia del mismo.
Hacer una versión de Pedro Calderón de la Barca es caminar por un alambre. Y más aún cuando se trata de una de las obras más complejas, misteriosas e hipnóticas de nuestro teatro clásico, su drama La hija del aire, explica Benjamín Prado, autor de la versión que nos ocupa. Se trata de una reescritura integral de los casi ocho mil versos originales, que respeta metros y rimas. Sin embargo, el lenguaje se aparta de la rimbombancia barroca. Prado trata de ajustarlo a la realidad del siglo XXI. “Las palabras —dice— son, nueve de cada diez veces, otras, son lo mismo contado igual pero al mismo tiempo de otra manera, y buscan mezclar la música de la poesía de Calderón con otra, más actual”.
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La obra se representa en el Teatro de la Comedia (Madrid) hasta el próximo 23 de junio, antes de su presentación en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro a mediados de julio.
Más información Compañía Nacional de Teatro Clásico