Magüi Mira es de nuevo Molly Bloom.

En 1980, Magüi Mira encarnó a Molly Bloom, mítico personaje del Ulises de James Joyce, y enamoró al público y a la crítica. Cuarenta años después (y cuando se cumple el centenario de la publicación de la obra), las mismas palabras escritas por el dublinés, vuelven a ser interpretadas por la actriz que nos acerca a una nueva Molly. Con mucho amor y mucho humor. Ulises es probablemente la obra que más ha influido en la narrativa del siglo XX y en la evolución de la novela moderna.

Recordemos el argumento, por llamarlo de alguna forma. El día 16 de junio de 1904, Leopold Bloom y Stephen Dedalus recorren su ciudad, Dublín, durante 24 horas. El periplo comienza a las 8 de la mañana en la torre Martello de la bahía de Sandycove y en el número 7 de la calle Eccles donde viven respectivamente los protagonistas. Bloom es un burguesito judío, Dedalus un joven escritor y profesor de historia. En ese laberinto insondable de palabras escritas como en picado, la figura de Molly Bloom surge al final en todo su esplendor, aunque la conocemos ya desde las primeras páginas. Ella, insomne, se lanza a un monólogo interior, sin puntos ni comas. Mientras la cantante lírica (en la novela) da rienda suelta a su imaginación e inquietudes, Leopold ya descansa a su lado.

El soliloquio de Molly —5.000 palabras distribuidas en ocho larguísimas frases desinhibidas y a bocajarro— dura una hora, de 2 a 3 de la madrugada. Por su memoria pasan desde sus primeros amores en Gibraltar (donde ella nace) hasta su peculiar relación con Poldy (Leopold) y Boylan, su amante. Se trata de un personaje complejo y evocador que Joyce llama “la madre tierra” y que causó tremendo escándalo cuando se publicó la obra allá por el 1922. “Una mujer casada no podía pensar así, explica Magüi Mira. La gente “se horrorizaba ante tanta desvergüenza”.

Magüi Mira y Marta Torres adaptan para el teatro este tremendo monólogo íntimo en el que Molly Bloom se desnuda sin tapujos. Piensa y habla según le surgen las palabras. Las suelta, las deshilvana y las vuelve a hilvanar. No hay lógica, sólo emoción. No hay arrepentimiento (no es una confesión), sólo sentimientos y vida. Mira encarna a este personaje sin filtros en una interpretación valiente y espléndida, que vomita pensamientos, contradicciones, ideas, pasiones; reclama su espacio, se agarra a la vida. Y provoca. Provoca sin pausa, ni puntos ni comas.

Magüi Mira Molly Bloom se representa en el Teatro Quique San Francisco de Madrid entre el 12 de enero y el 6 de febrero. De miércoles a sábados a las 20:00 h. Domingos a las 19:00 h.