El problema está en saber cómo funcionan las cosas ¿o no?
El futuro será de aquellas personas capaces de resolver los problemas de los demás.
Nuestra capacidad de innovación muchas veces se ve reducida debido al conocimiento de como funcionan las cosas. Cuando no tenemos una idea preconcebida de como «han de ser” las cosas, entonces es cuando realmente dejamos volar la imaginación y nos permitimos innovar, mientras que cuando ya existe una forma de proceder, solemos tender a hacer lo que siempre se ha hecho, porque ello lleva implícito varios beneficios.
Una de las ventajas es movernos dentro de nuestra zona de confort, presuponiendo además, que esto es seguro y nos traerá tranquilidad. Otra es el ser aceptado, y no rechazado por el grupo, sea cual sea éste: familia, compañeros de trabajo, etc. En muchos de los casos lo fácil es dejarse llevar por la mayoría, y hacer lo que siempre se ha hecho, aunque el resultado obtenido diste mucho de ser perfecto.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando o bien no hay una forma definida de proceder o bien nosotros no la conocemos? comenzamos a pensar por nosotros mismos, investigamos sobre qué podemos aprovechar de nuestro entorno, o qué podemos aplicar desde otros campos, o incluso simplemente procedemos como nos dicta nuestro sentido común en ese momento.
Este último modo de proceder tiene grandes ventajas, la primera de ellas es que no nos ponemos limitaciones a la hora de resolver un problema, incluso lo que para los conocedores o expertos en la materia puede ser visto como un problema irresoluble, en muchas ocasiones es solucionado por aquella persona que desconocía que no podía serlo. Otra de las ventajas, es poder ver la situación desde otros ángulos, desde otras perspectivas, enriqueciendo así el problema y por lo tanto facilitando una o más soluciones, y que puedan además ser más óptimas o eficientes, que las actuales, de existir éstas.
Estamos ante una era económica, social, política, etc. que requiere que en buena parte olvidemos los «cómo deberían ser las cosas», y reinventemos «cómo tendrán que comenzar a ser las cosas», y para ello, se precisa generar y entrenar, mentes curiosas, inquietas e inconformistas que nos permitan crear, pensar y sentir desde otro lugar. Como decía Einstein, los problemas no pueden ser resueltos al mismo nivel de pensamiento en el que fueron generados.
El futuro será de aquellas personas capaces de resolver los problemas de los demás.
¿Quieres ser de los que crean o viven los problemas? o ¿Quieres ser de los que los resuelven?
¿Qué vas a hacer para comenzar a tener una mente más curiosa, inquieta e inconformista?