Da bienestar y recibe felicidad.
Al aportar bienestar a otras personas, encontramos felicidad en nosotros.
¿Te has parado a pensar en tu tamaño? muchas veces nos centramos en el tamaño de nuestros problemas, y nos olvidamos del tamaño de nuestros talentos, de nuestras capacidades.
Recientemente he leído el caso de tres hermanos constructores que ofrecen el alquiler de pisos a personas que hayan sido desahuciadas a un precio de 50 €/mes, tal vez tu no puedas ofrecer algo de una magnitud igual, pero ¿Cuántas formas de ayudar a otras personas tienes a tu alcance? Muchas veces no nos damos cuenta, pero el mundo nos necesita más de lo que nosotros creemos, y cuanto más pongamos la atención en aportar bienestar a otras personas, mayor felicidad encontraremos en nuestro día a día, ya que una de las necesidades que el ser humano precisa cubrir es la de contribución a otros.
Por otro lado te invito a que si ayudas a alguien, propongas que esa persona ha de a su vez, en compensación ayudar de algún modo a otra persona, creando así una cadena de favores, como en su día se mostró en la película que lleva ese mismo título «Cadena de favores». De este modo el efecto es multiplicador y entre todos podremos hacer mucho más.