Cuando das, te das. Sí, así es.
Sonríe aunque solo sea por desentonar.
Todos hemos leído y oído que, cuando das amor, la vida te devuelve amor, que cuando sonríes a la vida, la vida te sonríe, y otras tantas parecidas. Ambos sabemos que aunque así sea, en ocasiones esa sonrisa de retorno parece que se hubiera quedado perdida sin nuestra dirección como destino.
Y ¿entonces no sonreímos?
No, claro que hemos de seguir sonriendo y luchando positivamente, entre otros muchos, por estos dos motivos principales:
– Cuando sonríes, siempre y cuando sea una sonrisa sincera y sentida, quien primero nota los beneficios eres tu, te la devuelva la vida o no, tu ya te la estas regalando.
– Cuando sonríes, ayudas, apoyas, etc. a otras personas sin de verdad esperar nada a cambio, de verdad no esperando recompensa, en verdad te ayudas a ti a ser más feliz, ya que cubres una de las necesidades importantes para el bienestar del ser humano según el psicólogo Abraham Maslow concluyó en 1943.
Además, recuerda que aunque no tengas ganas de sonreír, sólo por el mero hecho de hacerlo una y otra vez comenzaras a notar sus beneficios.
Ponte una alarma en el móvil para que te recuerde que ha llegado el momento de sonreír.
Y si con todo esto aun no te he convencido, precisamente cuando nadie te sonría, sonríe tu y bien fuerte, aunque sólo sea por molestar.
Y nunca olvides que cuando sonríes siempre te sonríes a ti primero, no nos prives de tu sonrisa.