Ayudar primero, recibir después.
Si plantas una semilla recibirás una flor, si ayudas serás ayudado.
Estoy seguro que te encantaría tener ayuda en alguno de los proyectos en los que estas embarcado, o en alguno de los retos a los que te enfrentas, igual que nos pasa a todos. Y tú ¿Ayudas a las personas que tienes a tu alrededor?
En ocasiones nos centramos en pedir ayuda y estamos demasiado ocupados para ofrecerla. Y además solemos quejarnos si no nos ayudan, cuando en verdad, nadie tiene la obligación de ayudarnos.
¿Por qué no comenzamos ofreciendo ayuda antes de pedirla? El ofrecer y dar ayuda, nos recompensa inmediatamente a nosotros ya que obtenemos un beneficio emocional de cubrir nuestra necesidad de contribución, siempre nos sentimos mejor cuando ayudamos a alguien a cruzar la calle, a encontrar algo que esta buscando, a sentarse en el transporte público, etc. Está en nuestra naturaleza la necesidad de contribuir al bienestar de otras personas, como está en los demás. Y es mucho más fácil pedir a los demás cuando antes les hemos ofrecido nuestra ayuda, no porque mantengan una deuda, ni mucho menos, sino porque también de ese modo ellos se sentirán mejor al ayudarnos.
Y por supuesto, la decisión es del otro, en cuanto al cuando y el cómo prestar esa ayuda, y de nosotros el agradecer que nos hayan ayudado.
Es como un árbol, primero has de plantar la semilla y posteriormente podrás recoger los frutos.