Así como te ven, actúan. Los hijos son así
Conviértete en la persona en la que te gustaría que se convirtieran tus hijos, porque eso es lo que ocurrirá.
¿Cuántas veces les has dicho a tus hijos que hicieran algo y ni caso? ¿Cuántas veces esperabas de un colaborador o empleado un comportamiento y no se daba? ¿Cuánta consistencia hay entre lo que hacemos nosotros mismos y lo que pedimos que hagan otros? En muchas ocasiones vivimos bajo el dicho de «haz lo que te digo, no lo que yo hago», y en verdad el ser humano no funciona así.
James Baldwin dijo en una ocasión, «los niños nunca han sido muy buenos para oír a sus mayores, pero nunca han fallado a la hora de imitarlos«. Esta verdad puede trasladarse a los mayores, que no son más que niños crecidos por el paso del tiempo, y no necesariamente cambiados ni madurados.
El ser humano desde pequeño aprende principalmente por la imitación de comportamientos, en especial de aquellas personas que admiramos, por lo que si quieres que alguien modifique su comportamiento, dale modelos que pueda admirar e imitar, y si es posible, qué mejor ejemplo que tú, ¿Te imaginas convertirte en el modelo que otras personas quieran imitar? Esto entraña una gran responsabilidad, y en el caso de los hijos, no es algo que pueda elegirse, es algo que es. Ellos te imitarán, por lo que cuando veas que reaccionan de un modo que no te parece adecuado, observa en qué modo han podido aprenderlo de ti. No olvidemos que ellos se ven afectados por otros impactos que no eres tú, aunque si es cierto que tienes más influencia en cómo son de lo que puedas pensar.
¿En qué tipo de modelo deseas convertirte? Se el modelo de persona en el que te gustaría que tus hijos se convirtieran.