Se busca suela para asfalto con glamour.

¿Os acordáis del verano pasado? Cuando miles y miles de fans de las conocidas it girls llenaron las aceras de las ciudades más importantes del mundo a base de yute. Chanel fue la herramienta clave para crear dicho objeto de capricho que inundó los escaparates de las grandes firmas y, al mismo tiempo, de los gigantes del low-cost con alpargatas de todo tipo. Para esta temporada el fenómeno no iba a ser menos y el calzado “playero” se impone a través de tres tendencias, aptas para diferentes gustos y atrevimientos pero que, ante todo, mantienen dos objetivos comunes: ir a la última y sentirse cómodo.

El primero en llegar al fashion system fue el modelo ‘Ugly Shoes’. Sus hebillas y su suela de corcho han convertido al calzado ortopédico en el último must del momento. ¿Lo mejor? Combinarlo con prendas para crear un look que, hasta hace meses, hubiese resultado surrealista: faldas entubadas, blazers o vestidos lady que contrastan su elegancia natural con la informalidad de este tipo de calzado que, de repente, ha pasado a cubrir los pies más mimados del planeta. Los diferentes estampados y los tonos metalizados han surgido de la nada para cargar de glamour la funcionalidad de este complemento que lleva meses en los escaparates de toda la ciudad.

La segunda opción nos traslada hacia los recuerdos de cuando éramos pequeños y el mar. Lo primero porque casi todo el mundo las ha utilizado en su infancia, cuando el proceso de equilibrio y las piedras no ayudaban demasiado, y lo segundo porque formaban parte, junto al bañador y la gorra, del auténtico outfit playero. Las cangrejeras trasladan la brillantina, las tiras de goma y los colores neón al abrasador urbano no solo durante los meses estivales, sino que también se imponen al invierno en versión guiri: con calcetines incluidos. Siempre y cuando nuestro estilo sea algo más bohemio. Véase con vestidos vaporosos, pantalones bagy, blusas de algodón o incluso algún vaquero con tops básicos.

Para los aficionados al made in Spain y, en concreto, made in La Rioja, las plimsolls son todo un básico de lujo y sofisticación. Sí, porque es así como unas zapatillas hechas de loneta y elásticos se convirtieron en el objeto de deseo de un inglés que, en los años 80, decidió trasladarlas desde las islas españolas, donde entonces triunfaban, hasta Inglaterra, consiguiendo que la mismísima Kate Middleton se las pusiera. Flossy es la marca culpable de un fenómeno que comenzó cuando éramos pequeños y que ahora, unos cuantos años después, vuelve con miles de colores y estampados para cargar nuestras pisadas de recuerdos y comodidad, además de ese olor característico a gominolas que perdura en el tiempo.

Tres tipos de calzado para tres fashion victims que, como mínimo, convertirán los días de los próximos meses en toda una pasarela internacional con carácter… o al menos comodidad.