Galería de imágenes
cerrarReflexiones demodé.
¿Os acordáis de la Merche? Pues otra vez está aquí y junto a ella, no podía ser de otra manera, llegan las polémicas y los desacuerdos del patio de vecinos. Con el fin de presentar las propuestas para la primavera-verano del 2014 Mercedes Benz Fashion Week Madrid, a partir de ahora conocida como ‘la innombrable’ por eso de ahorrar en saliva o lectura, ha sido la inquilina de Ifema durante cinco días cargados de ingenio, novedades, frescura y, por qué no, desilusiones. Unos sentimientos que parecen repetirse cada temporada y que, por supuesto, no siempre son justificables.
Esto lo dice una defensora nata del made in Spain y, por encima de todo, del reconocimiento sobre el esfuerzo que esas tres palabras conllevan. Quizás ingenua por seguir viendo el sentido de esta pasarela a pesar de que los resultados no sean los mismos que en el resto de proyectos del mundo pero también es cierto que, sin negar la evidencia, aunque detrás de esta comunidad exista una razón de peso sobre ventas, el negocio contiene ese matiz que lo alza a categoría de obra de arte.
Unos lienzos que mi querido Juan Vidal ha trazado con la técnica del ‘irse para volver’ y, así, regresar cargado de uno de los secretos más bien guardados de la historia: esa clave necesaria para componer a una mujer a través de telas, colores y agujas que bien le ha valido el premio L’Oréal al mejor diseñador. Los hermanos Muñoz se han encargado de fabricar una paleta de estampados que dan lugar a los mejores cuadros de ensueño; ‘la Lola’ de Moisés Nieto es la musa que nos transporta al pasado del diseñador en Úbeda, con ciertos guiños a los años 70, y la esperanza corre a cargo de Pepa Salazar y su recompensa en el EGO.
Un panorama que para ser España, al contrario que ocurre con los que la habitamos, resulta muy gratificante para los que día a día seguimos con ilusión y profesionalidad un mundo cargado de contratiempos y obstáculos. Quizá la cuestión está en abandonar esa obsesión constante por el dinero y las cifras para dejarnos llevar y disfrutar sin miramientos ni comparaciones durante una décima de segundo.
Claro que, como decía antes, esto no es más que la reflexión de alguien que sigue creyendo en las teorías demodé…