Lunes con glamour.

La Vogue Fashion Night Out, se trasladaba de Londres a Manchester.

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“Escúchame niña, a ti que te gusta esto y yo que no entiendo pero que en su día lo hice: las cosas que inventáis ahora, como que los comercios estén abiertos todos los días y a todas horas, ¿me explicas por qué se hace eso? En mis tiempos el que quería un chanel tenía que esperarse al lunes”.

La Semana Santa en mi casa es especial por las torrijas y, por supuesto, por las grandes frases de la yaya. Y es que cuando el otro día leí que la noche de la moda, la Vogue Fashion Night Out, se trasladaba de Londres a Manchester lo primero que se me vino a la mente fue la abuela y sus chaneles de entonces, sin poder evitar concederle parte de razón y, al mismo tiempo, detener un ‘pero’ entre dientes.

Cierto que, al fin y al cabo, la moda es industria y, como tal, la base del glamour y la elegancia sobre la que se acaba construyendo no es más que la relación entre el comprador y el vendedor. Que los tiempos de antes no son los de ahora, en los que ‘crisis’ es la palabra que nos trae a todos de cabeza y que se ha convertido en la niña de nuestros ojos, por eso de andar detrás de ella en todo momento y no perderla de vista, no vaya a ser que acabe vendiéndonos. Y también es cierto que esta obsesión puede provocar cierta apariencia de ‘desesperación’ en la búsqueda y fidelidad de clientes.

Precisamente estas declaraciones constituyen la base de la Vogue Fasion Night Out, creada en el 2009 por Anna Wintour, con el fin de seguir aumentando ventas y patrocinadores tras el disfraz de majestuosidad que envuelve a una de las revistas más importantes a nivel internacional.

Y, con este mismo objetivo, dicen transladar la noche emblemática de las compras de Londres a Manchester, por la industria textil que alberga la historia de la ciudad, aunque me da a mí que si le preguntásemos al comercio londinense la respuesta iría más allá del sector y acabaría involucrándose en política, crisis, la niña bonita y esas cosas…

Pues oye, que una entiende a la yaya cuando se habla de noches de la moda, en las que las tiendas están abiertas hasta las 12 de la noche para que la gente invierta, que suena mejor que gastar, en más de 300 establecimientos que se engalanan con alfombras rojas, djs de categoría y personajes célebres que se pasean con el fin de hacerle sentir a una importante, por eso de que pisa ‘tierra celebrity’.

Pero luego vienen los análisis entre el público objetivo y no hay más remedio que reconocerle a la abuela que lleva su parte de razón… Que entre tanta ida y venida los hay de los que se arreglan, se pasean y se lucen a las 11 de la noche, con cócteles y catering, pero que, al fin y al cabo y a lo largo de los años, Louis Vuitton, Loewe y Gabbana siempre esperan al lunes.

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