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cerrarLas paredes de la moda.
Una entiende que padece ‘claustrofobia-artística-ajena’, esa especie de pavor que entra cuando te ves ...
Nunca he sido muy fanática de los museos aunque he procurado en todos mis viajes visitar los más importantes porque hay obviedades que, por supuesto, se sitúan por encima de los gustos de cada persona. Acudir a los museos es una de ellas. En mi casa siempre han sido amantes de la lectura y recuerdo que, desde bien pequeña, la idea de las bibliotecas como auténticos templos del saber ha rondado por mi memoria, aunque nunca ha terminado de calar, prefiriendo devorar libros adquiridos directamente en tiendas.
Al final una entiende que padece ‘claustrofobia-artística-ajena’, esa especie de pavor que entra cuando te ves en la obligación de visitar al arte enjaulado. Es una manera algo peculiar de entender el por qué de la existencia de los museos pero hasta hace poco no pude evitarlo… En concreto hasta que la moda decidió formar parte de ese gran tesoro y reposar su historia entre galerías.
Eso es lo que hacen las Santas de Zurbarán desde el pasado 3 de mayo entre las yeserías del palacio almohade del siglo XII y la torre de don Fadrique que constituyen el convento de Santa Clara de Sevilla. Pero no solo del descanso en lugares emblemáticos vive la moda. La exigencia va más allá de nuestro país, como por desgracia ocurre habitualmente, para imponer sus normas en el V&A.
El museo más grande del mundo, ubicado en Londres, celebrará el próximo verano entre sus 45.000 metros cuadrados el 25º aniversario de Jenny Packham. Un evento en el que las 145 galerías respirarán moda con desfiles gratuitos que recordarán los grandes éxitos del diseñador hasta la fecha. No se trata de algo exclusivo, la apuesta del Victoria & Albert por la industria surgió con el V&A’s Fashion in Motion, un proyecto que incluye hasta la fecha un historial de desfiles de Vivienne Westwood, Alexander McQueen o Christina Lacroix, entre otros, y que demuestra hasta qué grado la moda no es, ni más ni menos, que puro arte.
No es una relación sencilla pero, aun así, la mode continúa día a día luchando por el movimiento y la provocación de sensaciones a través de costuras y patrones, algo que también persigue la pintura con trazos y relieves. Dos profesiones totalmente diferentes amparadas bajo un mismo techo y paredes que siguen gritando, tras siglos de existencia, que el arte siempre será bienvenido.