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cerrarLa dama de hierro.
La melena de Anna Wintour es una de las más poderosas del mundo...
No recuerdo exactamente cuál fue mi reacción cuando la vi por primera vez pero estoy segura que no me dejó indiferente. Es lo que suele ocurrir cuando uno se topa con personalidades tan definidas, atemporales, como si hubiesen salido de la nada en ese estado de ‘cuasi perfección’.
La melena de Anna Wintour es una de las más poderosas del mundo. Su obsesión por el detalle, la delimitación de sus peticiones al ‘ahora-ya’ y su ignorancia respecto a la palabra ‘imposible’ la han convertido en una de las mujeres más temidas a la par que respetadas del sector. Es la representación carnal de la excentricidad clásica, esa que solamente se puede palpar en los que en su día marcaron un antes y un después en la moda; a los que se les permite representar la extravagancia porque la crítica sería inviable.
La noticia saltó hace justamente una semana: la editora jefa de la edición norteamericana de Vogue se convertirá en la nueva directora artística de la compañía, Condé Nast USA. Se publicó en todos los medios pero lo cierto es que la información no resulta de gran relevancia… Vogue se le queda pequeño. No como dirección, sino como recompensa. ¿Por qué?
Porque ante las múltiples dudas que están surgiendo sobre cuáles serán realmente sus funciones en las 26 publicaciones que pasan a formar parte de su reinado la respuesta es clara y lógicamente evasiva: Anna Wintour construyó la identidad de Vogue en 1988. Su llegada a la compañía no solamente supuso una revolución en las formas de edición y percepción de la moda, sino que puso toda la industria a sus pies. Y eso se paga.
Prada cambió parte de una de sus colecciones para que encajasen en los editoriales de Anna y Karl Lagerfeld no da un paso sin consultarle qué pie utilizar primero, sin olvidar que el New Yorker ha requerido en varias ocasiones de sus destrezas editoriales. Creadora de grandes fenómenos, como la Fashion Night Out, y defensora de los nuevos talentos, para el sector en general la frialdad y la excentricidad de Wintour no son más que claves para liderar con mano firme un sector que en plena crisis sigue aumentando sus beneficios.
Más de 40 años de experiencia de esta dama de hierro, a la que por cierto jamás verás vestida de negro, que desde hace mucho tiempo dejaron de formar parte de una profesión para zambullirse de lleno en un hecho histórico sobre una melena bob que conquistó el sector elitista, convirtiendo a Vogue en la escuela del refinamiento y a sus seguidores en aspirantes a la ambición.