Intimando con Jonathan.
Un individuo que cuenta con la llave del éxito: la claridad. De ideas y de acciones.
Lo sé, llego tarde. Algo así como una semana pero eso no supone ningún impedimento para que decida pasar por alto –pero muy de reojo, casi ayudando a que mi cuello sufra una tendinitis aguda- la semana de la moda de París y quiera sentarme con el rubio de moda. Sí, ese jovencito irlandés que tiene 29 años, unos ojos increíbles, su propia marca y, desde el 27 de septiembre, una nueva para dirigir y ‘digerir’.
Que Loewe apostaba por un público joven quedó claro con su famosa y polémica Oro Collection pero que contase con un miembro que no llega a los treinta en la cúpula es algo que no termina de encajar. Una decisión que el conglomerado LVMH tomó tras hacerse con una pequeña parte de las acciones de J.W Anderson, su firma, y con el empujón de Delphine Arnault, la futura heredera del liderazgo del grupo francés que, a comienzos de mes, se hacía con la dirección general adjunta de Louis Vuitton.
Pero… ¿hasta qué punto Anderson se convierte en una ‘nueva promesa’? Cinco años puede que no sea una de las cifras más esperadas cuando hablamos de madurez y consolidación pero a veces no depende tanto de los números como de las formas. Una visión natural, que nace asentada y auto-trabajada, y la justa convicción para traerla a la realidad son más que suficientes para poder dar el espacio necesario a los cimientos de una nueva carrera histórica en la industria.
Alguien que acabó sustituyendo el teatro por patrones, pasando de actuar en el National Youth Music Theatre para cumplir un ‘papelón’ –el suyo propio- delante de una analítica Anna Wintour en el Vogue Talents Corner de Milán. Alguien capaz de reconocer que no siempre es bonito o perfecto, pero que es lo que él quiere. El mismo que asegura que prefiere crear moda para hombres porque son conceptuales y eso, precisamente, es lo que le hace ganar dinero, mientras que las mujeres le sirven para crear sus amados personajes con los que arriesgar. Ese que reconoce que lo nuevo es horrible y que ahí reside lo bello de la moda. El que habla de ‘nosotros’ y convierte su entorno en lo ‘nuestro’ de su equipo.
Un individuo que cuenta con la llave del éxito: la claridad. De ideas y de acciones. La misma que hizo girar la vista de un gigante para convertirlo en el nuevo director creativo de una de las firmas españolas más antiguas de marroquinería de lujo. ¿Cinco años? Suficiente. Porque lo demás ya lo sabemos…