La ratonera, de Agatha Christie.

Ocho oscuros personajes conforman esta magnífica obra de Agatha Christie cuyo final ha sido el secreto mejor guardado de toda la historia de la literatura policíaca.

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Siempre me ha maravillado el género teatral, porque me resulta totalmente meritorio y complejo urdir una trama utilizando tan sólo los diálogos de los personajes, apoyándose tan sólo con alguna breve descripción del entorno. Por eso inicié esta pequeña racha teatral la semana pasada con el Godot de Beckett, pasando ahora a otra obra de lectura obligada, pero mucho más fresca y comprensible. De esas que van enganchando poco a poco e introduciendo a todo tipo de lectores en una trama de intriga, con una técnica narrativa de la que solamente Agatha Christie es capaz y a la cual nunca nadie ha podido superar – con el permiso de Conan Doyle, claro -.  He leído varios libros de Agatha Christie en forma de relato, pero ninguno con formato teatral, hasta ahora y he de decir que he pasado un buen rato más que entretenido. Tanto que incluso he descuidado una serie de obligaciones que no hubiera pasado por alto bajo ninguna otra circunstancia.

Hay que tener un cerebro muy bien estructurado para montar todo un cúmulo de tensiones mezclado con esa humana tentación de ir directamente al final de la obra para descubrir de una vez por todas quién es realmente la persona que encierra esos instintos asesinos encubiertos. Es, además, uno de esos relatos en los que poco a poco nos van dando una serie de pistas, haciéndonos temer desde el principio que el primer asesinato no va a ser el último. Contamos de inicio con el modus operandi y con el motivo para cometer el crimen. Sabemos también qué trágica historia hay detrás de esa mente perversa. Con estos ingredientes, ocho personajes y una única localización, se organiza un juego detectivesco que hará las delicias de todo aquel que se quiera prestar al juego. Los personajes, sacados del casting mental de su autora, parecen tan reales que incluso podríamos asegurar que ya los conocemos o, al menos, tenemos a quién asemejar a cada uno de ellos.

Contaros también que La ratonera de Agatha Christie se representó por primera vez en el año 1.952 ¡y ha superado los 60 años en cartel de forma ininterrumpida! Qué duro tiene que ser pasarse 60 años matando a las mismas personas una y otra vez, huyendo de las mismas manos asesinas una y otra vez, más de 2 generaciones completas…

Fuera del misterio, la intriga y demás condimentos  con los que cocina la gran maestra del género, hay algo muy destacable y que es propio de mentes privilegiadas a la hora de crear una obra literaria y más aún si se trata de una obra de teatro; cuando leemos La ratonera, casi diría que podemos escuchar las voces de cada uno de los personajes, que somos capaces de percibir el olor de la cocina, de ver los gestos que realiza cada uno como si los tuviéramos delante. Incluso diría que en algunos momentos de la lectura he escuchado una música que encajaba perfectamente con las escenas que Agatha Christie me iba poniendo delante. Vamos, que con un poco más hubiera llegado a creer que el asesino era yo mismo.

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Título: La ratonera
Autora: Agatha Christie
112 páginas 14 x 21,3 cm
Precio: 16 €
ISBN: 9788490063101
RBA SERIE NEGRA
Fecha de publicación: 30/01/2013

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