Groucho, una biografía.
Dicen que Groucho, una biografía, es la mejor biografía que se ha escrito sobre Groucho Marx.
Hay varios motivos por los que a alguien puede apetecerle leer la biografía de algún personaje famoso. Uno de ellos es la curiosidad acerca del contexto histórico en el que vivió el biografiado, otro pudiera ser encontrar la razón acerca del por qué nuestro personaje hizo esto o aquello… Pero la razón que me ha llevado a mi a leer esta biografía de Groucho Marx es mi admiración sin límites por este peculiar genio de la vida. Estoy seguro de que, como a mi, a muchos de vosotros os ocurrirá lo mismo.
Arthur, hijo menor de Groucho le espeta: «Papá, el hombre de la basura está aquí». A lo que él responde: «Dile que hoy no queremos»
La verdad es que debía resultar un tanto estresante vivir cerca de él. Y no digamos convivir con él.
Si os aventuráis a leer Groucho, una biografía, preparaos para llevaros varias sorpresas, como, por ejemplo, descubrir que poco después de que su madre, Minnie, le pusiera a trabajar con doce años para contribuir a la economía familiar – bastante mísera, por cierto – comenzó a tocar el piano con éxito…¡sin saber tocar el piano! ¿Cómo? Este era el genio y no os voy a contar cómo lo hacía. Leed el libro para descubrirlo. De verdad os digo que es impresionante descubrir la cantidad de peripecias que vivió antes y después de hacerse famoso y cómo sorteaba todos los obstáculos – muchos – que se le iban interponiendo en su vida, con una ironía y una maestría únicas.
Las mujeres que huelen a burdel me traen recuerdos de infancia.
El doctor me ha recetado contra el insomnio unos supositorios tan efectivos que el otro día pisé uno y se me durmió un pie.
Tened en cuenta que la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. Esta pequeña licencia que me permito me sirve para hacerme a la idea del tipo de persona que era. Esta aparente tontería correspondiente a una escena de Una noche en la ópera, no es tal tontería, sino que representa una pequeña muestra de su ironía y de su genio, poniendo de manifiesto el abuso del empresario al trabajador con el uso de un incomprensible lenguaje administrativo.
Groucho era un genio, si, pero era egocéntrico, narcisista y desprendía cierto aire masoquista en muchas de las actitudes que tomaba ante la vida, su vida real.
Me ha dado por la filantropía. En vez de pagar impuestos voy a destinar mi dinero a la Fundación para el Cuidado y Mejora de Mr. Groucho Marx.
Puede que no fuera un actor, ya que se representaba a si mismo en sus películas. No obstante, nadie puede dudar hoy en día de su talento privilegiado para vivir y de alcanzar las cotas más altas de la admiración en el mundo, llegando a ser homenajeado en vida por el mismísimo Woody Allen o uno de los grupos de rock más famosos de la historia: Queen, los cuales utilizaron el nombre de dos de sus películas para sendos discos de éxito mundial. Ahí es nada.
Presidente Truman a Groucho: «Usted me suena de algo». Groucho a Truman: «Sí, soy el tipo del bigote negro al que siempre trata usted de imitar en sus discursos».
Dicen que Groucho, una biografía, de Stefan Kanfer, es la mejor biografía que se ha escrito sobre Groucho Marx. Yo personalmente la he leído y la fascinación que sentía por el personaje, se ha hecho patente e, incluso, se ha incrementado en la persona real, a pesar de su narcisismo, egocentrismo y masoquismo… Por algún sitio tenía que salir tanto talento reconcentrado.
Hay varias biografías de Groucho Marx circulando por ahí. Yo he leído esta y os la recomiendo.