Simplemente.

'No vemos las cosas como son sino como somos nosotros' decía Kant, y era cierto, es más, vemos sólo lo que queremos ver, cuando queremos verlo y como queremos verlo...

  • facebook
  • Tweet
  • pinit
  • WhatsApp

Detestaba todas las propuestas que comenzaban contenemos dos opciones porque solían esconder una simplificación absurda de la realidad que daba luz sólo a lo que cabía en esas dos opciones y condenaba al ostracismo a todo lo que no encajaba en ellas y sabía bien de la injusticia que se generaba entonces porque lo cierto es que la complejidad del ser humano y del tejido social que componía desde ella era de todo punto imposibles de encajar en dos opciones, sean éstas las que fueran.

Pero, con los años, se había dado cuenta de algo más… la verdad, tan dolorosa como cierta, era que la gente quería dos opciones, tres a lo sumo, y no tener que pensar ni plantearse nada más que si el mundo es blanco o negro, admitía algún matiz, alguna nota discordante o algún gris por aquello de decirse a sí mismo que su paleta de color era diversa y no bicolor. El mundo se llenaba entonces de conceptos contrapuestos y las gentes se colocaban con uno o en su contrario y así la vida era como un partido de fútbol… uno que dejaba fuera del foco, en sombra y en segundo plano a todos aquellos a los que no se sentían arrastrados por la pasión del fútbol.

No vemos las cosas como son sino como somos nosotros… decía Kant, y era cierto, es más, vemos sólo lo que queremos ver, cuando queremos verlo y como queremos verlo, nos tapamos los oídos cuando nos llegan palabras que desmontan ese modo de ver el mundo en una dicotomía perenne o, como contrario a ello y perpetuando la doble visión de las cosas, cuando oímos cosas que alientan el caos.

Y no era por cobardía ni por falta de inteligencia o brillantez, no era por miedo ni por imprudencia, no era locura… era cansancio, un hastío profundo que ejerce de anestesia de la inteligencia y que nos lleva a buscar la simplificación, a buscar un rincón en el que acomodarnos y donde el mundo tenga la decencia de dejarnos en paz, al menos, una hora al día.

Revisó su libreta y vio páginas enteras de notas y listas de cosas por hacer, eran sus objetivos de cada día puestos en negro sobre blanco para que no se olvidara ninguno, escritos con bolígrafo azul y con letra de médico; no recordaba cuando había empezado a organizar así su vida, en una libreta, tal vez fuera en el instituto o, como tarde, en la facultad… y ya había cumplido los 40.

¿Cómo no entender entonces el ansia del mundo por simplificarlo todo? nos exigimos cada día una y mil cosas que ‘hay que hacer’ sin plantearnos por qué hay que hacerlas y por qué ese día y no otro, y por qué nosotros… y lo peor del asunto era que olvidamos siempre una cosa en esa lista, la única esencial; buscó la página del lunes 26 de septiembre de 2016 y antes del primer apunte de una lista que no era breve, añadió una línea…

Sé feliz… y no te conformes.

Oops

La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

Caín.+

Caín.

Esta es la historia de Caín, un tuerto que quería ser rey de los otros y que, mientras señalaba la oscuridad del mundo, caía en el abismo de la pereza. + ver

Un lujo.+

Un lujo.

Que no suene el despertador, que entre una brisa fresca por la ventana y mueva ligeramente la cortina, que el olor a café recién hecho inunde la casa, que suene la música, que brille el sol, amanecer... + ver

Esclavas.+

Esclavas.

Las mujeres, como seres de fantasía de la historia interminable, iban desapareciendo al paso de la nada, eran borradas del mapa y de la historia, era como si nunca hubiesen existido, estaban muertas... pero seguían en pie. Y eran esclavas. + ver

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.