Flores, hay muchas flores.
El otoño se convierte, a modo de excepción, en la estación floral por excelencia gracias a las propuestas de la moda.
Pues sí, que al final este otoño-invierno 2016 nos vamos a hartar de tantas flores. Aunque, mirándolo por otra lado, nunca viene mal un poco de color para dar alegría a los meses más fríos del año y a looks que suelen caracterizarse por colores neutros. Hablemos de otra de las tendencias para la próxima temporada: los bordados florales.
En realidad no se trata de ninguna novedad (qué raro, ¿verdad?), ya que los maestros Dolce&Gabbana nos introdujeron de lleno en el mundo floral bordado precisamente la pasada temporada, la primavera-verano 2016 en la que aún nos encontramos y, si retrocedemos aún un poco más, podemos encontrar ciertos guiños y pinceladas en el verano del 2012. Y es que, aunque durante estos meses hemos podido ver algo en bombers, este año el otoño será la estación floral por excelencia. ¿Cómo las encontraremos? En vestidos largos camiseros con cintura marcada, hombros tímidamente abullonados y mangas a medio codo, una de las grandes apuestas sin duda alguna.
Las faldas vuelven a bordarse en la versión mini, como hiciesen hace unos meses. La versión sofisticada por delante y por detrás y la low-cost sólo por delante. Los vestidos por encima de la rodilla también se convierten en víctimas de la aguja y el hilo, en versiones de cuello redondo, manga larga, faldas de vuelo y corte en la cadera. Los pantalones tampoco se escapan, aunque en un formato menos recargado con pequeñas puntadas a modo de detalles en las partes bajas. Pero si hay algo que realmente valga la pena son las camisas: túnicas de plumeti con finos bordados desde el cuello, cuerpos con insinuaciones de peplum desflecados que combinan los bordados con sutiles calados y, por supuesto, la camisa clásica de popelin que deja la pechera lista para pintar bordados espectaculares.
¿Los fondos? Negros y, en alguna ocasión, algún blanco. ¿Colores? Todos aquellos que sean capaz de provocar una explosión visual en pleno invierno de la ciudad… Así da gusto que haya muchas, muchas flores.