La última primavera de Chloé.
La fundadora de Chloé dice adiós a sus 93 años.
Para la conocida firma francesa de moda esta ha sido, sin duda alguna, su primavera más amarga. La misma que se ponía en marcha para darse a conocer en la semana de la moda de París y que Gaby Aghion, creadora de la casa en 1952, veía desde la cumbre máxima de su éxito, en un lugar privilegiado ante el que solamente consienten a genios y celebridades como la mismísima egipcia que, por supuesto, será el máximo recuerdo de una temporada única, especial e histórica dedicada a su memoria.
El sábado pasado moría una de las mujeres más representativas en la trayectoria de la industria, una persona que hizo del nombre de un amigo, al que le dedicó su primera tienda en los años 50, todo un imperio digno de ser reconocido como sinónimo de la elegancia femenina que, a pesar de haber vendido sus acciones a la empresa Dunhill Ltd a mediados de los 80, Gaby hizo que siguiera formando parte de la esencia pura de la maison.
Una primavera dedicada a una de las principales artífices del término ‘prêt-à-porter’, conviertiendo telas filas en la clave de una tendencia que intentaba acabar con la formalidad estirada y rígida de la alta costura, y pieza clave en la moda de la post-guerra, devota fiel y entusiasta de la reinvención y las creaciones únicas, un impulso emocional que la llevó a dejar el futuro creativo de Chloé en manos de diseñadores emergentes, como el mismísimo Karl Lagerfeld o Stella McCartney.
La última temporada de una persona que hizo de la camisa túnica en blanco y negro su prenda estrella, porque para ella la simpleza era lo único que la identificaba; una primeravera recordada como santo y seña de un espíritu romántico, delicado, suave… como el de Chloé.