Qué amas y qué temes condiciona tu vida.
Elegir qué te proporciona placer o dolor en tu vida es una clave de la felicidad.
Muchísimas, sino todas, de nuestras decisiones están condicionadas por lo qué queremos o por lo que nos da miedo, lo que nos proporciona placer o dolor.
Conociendo esta premisa, podemos hacer que juegue en nuestra contra o a nuestro favor, de nosotros depende.
En bastantes situaciones lo que nos proporciona placer o sufrimiento, no es más que la interpretación que hacemos del suceso, incluso el mismo suceso a dos personas les podría provocar dos reacciones diferentes según quienes sean y cómo interpreten lo que les sucede.
En 2001, cuando tuvo lugar el crack de las «punto com» y la bolsa se vino abajo, un inversor alemán que tenía metido en bolsa mil quinientos millones, perdió mil de esos millones de euros. Está claro que para cualquiera sería una situación durísima, perder dos tercios de la fortuna que tienes y que seguro que te ha costado ganar. Entiendo que estás de acuerdo conmigo que con 500 millones de euros, es más que suficiente no solo para vivir, sino incluso para recuperarse económicamente unos años más tarde, pues este inversor no lo veía así. Finalmente la carga de la pérdida supuso tal sufrimiento que se suicidó. Se desconoce los detalles de lo que para él suponía esa carga, pero era más llevadero el suicidio que vivir con ellos.
Es muy importante tomar perspectiva de los acontecimientos, y ver en qué modo nos proporcionan placer o dolor y cómo eso condiciona nuestras acciones. Y desde ese conocimiento de nosotros mismos replantearnos lo que sea preciso, para reajustar nuestra vida y perspectiva, de forma que superemos cualquier situación satisfactoriamente, viviendo como queremos vivir, en las circunstancias que nos han tocado vivir.